Los iraníes se incorporan al trabajo paulatinamente

El regreso paulatino de los trabajadores a sus puestos de trabajo, las promesas del primer ministro, Mehdi Bazargan, de reemprender los envíos de petróleo a Estados Unidos y a otras partes del mundo «cuanto antes» y la petición extraoficial cursada a Marruecos por al ayatollah Jomeini sobre la extradición del sha, configuraban ayer la situación en Irán, donde en las próximas horas pueden ser fusiladas personas relacionadas con el régimen del sha, como el ex primer ministro Amir Abbas Hoveida.

Los primeros llamamientos a la normalidad laboral han dado sus resultados en Irán, cuando las calles comienzan a normalizarse y la vida en las ciudades y el trabajo retorna a su rutina cotidiana. Los llamamientos del dirigente religioso islámico Jomeini no han sido seguidos totalmente en las instalaciones petrolíferas del país, donde el arraigo de las organizaciones de izquierda es muy elevado. De la incorporación de los obreros petrolíferos al trabajo depende la normalización de los envíos de crudos a todos los países del mundo que contaban con ellos antes de la insurrección popular que obligó al sha a salir del país.

Normalizar envíos a Estados Unidos

En un gesto que se interpreta como muy importante, el primer ministro Bazargan prometió normalizar los envíos de petróleo a los países que los recibían. Entre estos países citó a Estados Unidos y Japón. Estas afirmaciones deshielan en parte las relaciones entre Teherán y Washington, que se mantenían muy tensas, pese al reconocimiento del primero por parte del segundo el pasado viernes.

Mientras tanto, el éxodo de extranjeros ha vuelto a comenzar con fluidez. En las últimas horas más de 1.100 personas de distintas nacionalidades, fundamentalmente norteamericanos y británicos han abandonado Irán mediante puentes aéreos establecidos por distintas compañías. Entre los viajeros de las últimas horas se encuentran ochocientos ciudadanos estadounidenses y 220 británicos.

Asimismo, prosiguen los relevos. y la provisión de nuevos cargos militares y políticos, al tiempo que continúan nuevos juicios sumarísimos de personalidades complicadas en el régimen del sha. A última hora de ayer se supo que en las próximas horas puede ser fusilado el ex primer ministro del sha, Amir Abbas Hoveida, así como el ex jefede las Fuerzas Aéreas, Amir Hosein Rabii, y el director de la agencia oficial de noticias Pars, Mahmud Jaafrian.

En el Ejército del Aire la depuración alcanzó ayer a tres genera les y veintitrés coroneles, cuya destitución fue anunciada ayer por Radio Teherán. Según la emisora, la decisión fue tomada «con la aprobación de las Fuerzas Aéreas». Se trata de los generales Ruhani Moradam, Ramenay y Rohrami. Paralelamente, el Gobierno de Mehdi Bazargan anunció ayer el nombramiento del general Naser Mojalleli como nuevo jefe de la policía, y el del coronel Momtaz, como nuevo jefe de la gendermería iraní. Se confirmó, asimismo, el nombramiento del nuevo jefe del Alto Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas en la persona del general Shapur Ararbar.

Un despacho de última hora anunció la detención en la localidad portuaria de Bander Abbas de un sobrino camal del sha de Irán. Se trata del príncipe Shahriyar, comandante de una nave portahelicópteros en el golfo Pérsico y miembro de la Marina de Irán. El sobrino del sha, hijo de la princesa Ashraf, hermana de Reza Pahlevi, fue denunciado por el sindicato de bancarios de Irán como evasor de capital. Se le acusa de haber sacado del país veintitrés millones de dólares. Fue detenido cuando intentaba abandonar el país.