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El Gobierno italiano mantuvo contacto con un miembro de las Brigadas Rojas

El «caso Moro» tuvo ayer un nuevo giro espectacular, cuando el Gobierno democristiano, por medio del ministro del Interior, Virginio Rognoni, reconoció ante el Parlamento italiano que el verano pasado entró en contacto con el presunto «brigadista» que reveló la participación de dos parlamentarios, una personalidad del Vaticano y miembros del cuerpo de carabineros en el secuestro y asesinado del presidente de la Democracia Cristiana (DC), Aldo Moro.

Esta afirmación del ministro del Interior puede tener serias repercusiones, ya que los máximos dirigentes de la DC pueden ser acusados por la Magistratura por haber ocultado esos datos.Rognoni afirmó ante los parlamentarios que no creyó al presunto «brigadista», pero que le siguió el juego, con el fin de intentar capturar a los máximos responsables de la organización ultraizquierdista Brigadas Rojas.

El «caso Moro» cobró un inusitado giro a raíz de la información publicada por el semanario radical de izquierdas de Roma L'Espresso, en las que se afirma que en la organización del secuestro participaron dos diputados y una personalidad, vinculada al Vaticano, y que la operación fue llevada a cabo por miembros del cuerpo de carabineros, que asesinaron a la escolta de Moro para evitar ser reconocidos. Las fuentes del semanario fueron un periodista, Ernesto Viglione, que actuó de intermediario entre el «brigadista» y el senador democristiano Vittorio Cervone.

Según reveló ayer el periódico romano La Repubblica, en la organización del secuestro del presidente de la Democracia Cristiana participaron, además de los dos diputados, dos obispos y un monseñor.

La prensa italiana de ayer reveló algunos datos del periodista Ernesto Viglione, que trabajaba para Radio Montecarlo y que actualmente se encuentra encarcelado y sometido a proceso, según los cuales el periodista citado tiene un pasado oscuro y con posibles implicaciones con la ultraderecha y los servicios secretos.

Las revelaciones lanzadas por L'Espresso provocaron una enorme conmoción en Italia, que forzó la intervención gubernamental ante el Parlamento para explicar el asunto. Todos los partidos políticos han solicitado que se abra una investigación parlamentaria para aclarar este nuevo escándalo.

Negativas a Andreotti

Lo que más sorprende a la opinión italiana es que el escándalo haya surgido en el preciso momento en que se encuentra abierta una difícil crisis de Gobierno y se han iniciado problemáticas negociaciones entre los partidos, sin resultados hasta ahora.

Los contactos iniciados por el presidente designado del Consejo de Ministros, Giulio Andreotti, con los dirigentes de los partidos para encontrar una fórmula de apoyo a un Gobierno estable han tenido hasta ahora resultados negativos.

La propuesta de Andreotti de constituir un Gobierno «paritario», compuesto al 50% por democristianos y técnicos «no alineados» designados o aprobados por la izquierda, o un Gobierno «tricolor», a base de democristianos, republicanos y socialdemócratas, más técnicos gratos a socialistas y comunistas, ha sido rechazada por los comunistas con ciertos matices, y abiertamente por los republicanos. Por su parte, los socialistas, que son quienes ven con más optimismo la evolución de la crisis, reunieron ayer la dirección del partido, aunque, al parecer, también se van a manifestar contrarios a las propuestas.

Los comunistas han planteado abiertamente que el PCI estará representado en el Gobierno o, en caso contrario, pasará a la oposición, aunque se muestran dispuestos a discutir propuestas que lleven implícitas una garantía de control del cumplimiento de los acuerdos pactados entre los partidos.

Los republicanos han rechazado rotundamente la propuesta de Andreotti. Consideran que la oferta de un Gobierno compuesto por técnicos significa, de hecho, conceder carteras ministeriales a hombres de difícil o ambigua identifi cación política. Consideran que los graves problemas que padece el país -terrorismo, crisis económica- necesitan una solución política clara y que para ello es necesario un Gobierno de unidad nacional, fórmula que también preconizan los comunistas.

A pesar de los negativos resultados de las negociaciones para superar la actual crisis, no existen indicios de que la DC vaya a extender el margen de sus concesiones al Partido Comunista.

Un eventual fracaso de los esfuerzos para formar nuevo Gobierno dejará al presidente de la República, Alessandro Pertini, sin otra alternativa que la convocatoria de elecciones anticipadas, que pueden coincidir, en junio, con la celebración de los primeros comicios para el Parlamento Europeo, bajo el sistema de sufragio universal.

Prácticamente todos los partidos afirman que no desean unas elecciones anticipadas, pero ya se preparan para ello. Diputados de varios partidos se están dejando ver ya por sus respectivos colegios electorales.

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