Dura reacción de la Unión Soviética y sus aliados
, La Unión Soviética y varios de los principales países del Pacto de Varsovia reaccionaron ayer duramente ante la declaración firmada en Washington contra el «hegemonismo» por el viceprimer ministro chino, Teng Hsiao-ping, y el presidente norteamericano, Jimmy Carter. La agencia soviética Tass señaló que Estados Unidos debe «clarificar» su posición ante las declaraciones antisoviéticas de Teng, y el presidente de Alemania del Este declaró que Pekín se ha convertido en una grave amenaza para la paz mundial. El presidente Honecker criticó especialmente el anuncio hecho por Teng sobre la disposición china a intervenir militarmente en el conflicto de Camboya y a sus amenazas contra Vietnam.La respuesta concreta a la declaración conjunta de Estados Unidos y China, al final de la visita oficial de Teng Hsiao-ping, ha sido hecha por el jefe del Estado soviético, Leónidas Brejnev, quien en un mensaje dirigido a los participantes en la conferencia del Consejo Mundial de la Paz ha condenado las «acciones de círculos militares del imperialismo», que buscan incrementar los gastos militares de la OTAN, y ha acusado a los dirigentes chinos, «cuya política se vincula con esos círculos y empujan a la carrera armamentista, tratando de adquirir -dijo- el apoyo de las fuerzas militares del imperialismo y aumentar así su potencial armado, dedicado a sus futuros objetivos de gran potencia hegemonista».
La agencia Tass se ha limitado a dar una breve nota sobre los acuerdos de Washington y añadió: «Se puede leer en el comunicado que Estados Unidos y China intervendrán contra los intentos de un país o de un grupo de países de imponer su hegemonía y su supremacía a otros países».
Por su parte, el vespertino Izvestia ha comentado ampliamente «las calumnias sobre el peligro soviético vertidas por el político pequinés en Estados Unidos». Señala el periódico del Gobierno que la visita de Teng Hsiao-ping a sus nuevos aliados ha tenido una «orientación totalmente antisoviética. La idea de Pekín es la de modernizar sus fuerzas armadas en los complejos militares industriales de los países imperialistas y penetrar después en los países del sureste asiático, cuyas vastas riquezas naturales desea».
Tras una dura crítica a los silencios de la Administración americana por «los brutales ataques que Teng Hsiao-ping ha dirigido contra la política de la URSS», se pregunta también cuál será la actitud de Estados Unidos ante «las instigaciones chinas de crear un frente unido contra la Unión Soviética».
Aquí se subraya la ambigüedad mostrada por los norteamericanos ante las provocaciones del dirigente chino, que desea impedir la firma de un nuevo tratado SALT, al que ha calificada de «acuerdo inútil». Hay un propósito decidido en la información soviética de mantener a Carter fuera de las «maniobras» chinas, si bien se hace una amplia y laudatoria referencia a un posible nuevo presidente norteamericano, cuando se escribe: «Pero existen hombres en Estados Unidos que comprenden perfectamente bien a dónde puede conducir el aumento de gastos militares, gastos a los que se ha opuesto en recientes declaraciones Edward Kennedy.»
Reacción de la RDA
En un discurso pronunciado durante la sesión inaugural de la conferencia del Consejo para la Paz Mundial, en Berlín, el presidente de la República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, dijo que las declaraciones de Teng Hsiao-ping contra Vietnam y en favor del rearme «prueban que China está jugando un papel muy negativo y peligroso en la política mundial». El dirigente indicó además que la OTAN y el aumento de su presupuesto militar «amenazan la distensión». Acusó además a Occidente de estar desatando «una guerra económica» contra el Este, para impedir su desarrollo interno y obstaculizar sus programas sociales.
Simultáneamente, el jefe del Partido Comunista polaco, Edward Gierek, manifestó en Sofia (Bulgaria) que la aproximación entre China y Estados Unidos constituye una amenaza contra la paz. A su vez, Teodor Zhivkov, secretario general del PC búlgaro, firmó un comunicado conjunto con Gierek, en el que advierte sobre «el curso antisocialista y chauvinista» de la política china.
Finalmente, la agencia oficial de Albania, Ata, manifestó anteanoche que «China pretende convertirse en una superpotencia imperialista con la ayuda de Estados Unidos ».
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