Amnesty International pide la intercesión de la lglesia en favor de los presos latinoamericanos
Las oficinas de Anmesty International (Al) de Londres y Berna dieron a conocer ayer conjuntamente el contenido de un documento dirigido a los obispos de América Latina, para que intervengan en favor de los prisioneros políticos del continente y analicen en detalle el problema de las torturas, desapariciones y asesinatos por causas políticas, en la III Conferencia General de Obispos de América Latina, que comenzará el próximo 26 de enero en Puebla, México.
Amnesty International constata en el documento la existencia de 17.000 prisioneros políticos en ese continente y un mínimo de 30.000 ciudadanos desaparecidos o que han sido asesinados por razones políticas en la última década.«La práctica sistemática de detenciones arbitrarias, secuestros y en ciertos casos, los sacerdotes, autoridades eclesiásticas locales y de organizaciones laicas son los únicos que pueden levantar la. voz en favor de las víctimas», señala en un párrafo el documento de Amnesty International.
En el mensaje esta organización mundial recuerda que en algunos momentos la voz de la Iglesia ha sido la única que se ha levantado para criticar estos crímenes, mientras en otras ocasiones y en muchos países, la Iglesia «se ha mantenido en un mutismo inexplicable».
En América Latina, señala el texto, «el uso abusivo de legislaciones de emergencia, la proliferación de organizaciones paramilitares, de cuyos actos los Gobiernos se niegan a responder y aun, en ciertos casos -prosigue el documento-, la justificación de la violencia en nombre de los valores de la civilización cristiana, hacen burla de los mismos principios reconocidos y, teóricamente, protegidos por los Gobiernos».
Amnesty International reitera «su oposición sin reservas» a las ejecuciones y detenciones con finalidades de coacción política, ya sean realizadas por organismos gubernamentales como por otros.
La organización Amnesty International afirmó haber recibido «con mucha satisfacción el compromiso sobre los derechos humanos expreasdo en el mensaje del papa Juan Pablo II» a propósito del trigésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El Papa se ha manifestado en contra del «uso de la tortura física y moral, perpetrada contra los presos y opositores políticos » y ha señalado que el secuestro de personas por motivos políticos o por ganancias materiales «atacan dramáticamente la vida de la familia y la estructura de la sociedad».
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