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Los dirigentes árabes conservadores piden a Washington que aumente su presencia en el golfo Pérsico

Con el propósito de aumentar la confianza de los líderes de Arabia Saudita en la política norteamericana en el golfo Pérsico, Estados Unidos acaba de anunciar que enviará este mes a ese país doce ultramodernos aviones de combate F-15 y alrededor de trescientos técnicos de su fuerza aérea. Tanto Arabia Saudita como Egipto y otras naciones árabes de orientación conservadora desean que Estados Unidos intensifique su presencia en el golfo Pérsico.El envío fue ordenado por el presidente Jimmy Carter debido a lo que un portavoz de la Casa Blanca calificó de «frenética inquietud» de los dingentes sauditas en relación con el proceso de desestabilización política y económica del vecino Irán. La decisión también ha sido motivada por el previsible crecimiento de la influencia de la Unión Soviética en el área.

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Fuentes diplomáticas de Beirut informaron anteayer que Arabia Saudita desea restablecer sus relaciones con la URSS, interrumpidas desde la última guerra mundial. Los analistas norteamericanos estiman que ese acercamiento de Ryad a Moscúl responde en parte a la incertidumbre de ese país acerca de la disposición de Estados Unidos a seguir ejerciendo un fuerte control en la zona.

El envío de los F- 15 ha sido concebido también como una medida sustitutiva «simbólica» de la misión encomendada recientemente al portaaviones Constellation, que recibió órdenes de abandonar su base en Filipinas y situarse en las cercanías del estrecho de Malaca, preparado para entrar en el golfo Pérsico en caso de una intervención soviética. Tras haber cursado esa orden al Constellation, el 29 de diciembre pasado, el presidente Carter decidió suspenderla por temor a apravar la situación en Irán.

La presencia de los F- 15 en Arabia Saudita es considerada por el Gobierno como mucho «menos provocadora».

El Gobierno de Ryad comunicó a Washington que deseaba una demostración «abierta e importante» del interés norteamericano en la seguridad de su país, ante lo que Arabia Saudita califica de aumento alarmante de la amenaza comunista en la región.

El año pasado, en una controvertida negociación que involucró además a Israel y Egipto, Arabia Saudita pudo adquirir en Estados Unidos sesenta aviones de combate McDonnell Douglas F-16, valo rados en unos 2.500 millones de dólares. Pero las primeras entregas de estos aparatos no se concretarán hasta 1982.

Sadat también desea mayor intervención de EEUU

Entre tanto, el presidente egipcio Anuar el Sadat declaró ayer que el «complejo de Vietnam» no debe inducir a Washington a-adoptar una política de no injerencia en Oriente Próximo. Dijo a la vez que no observa relación alguna entre la desestabilización política de Irán y las gestiones norteamericanas para reactivar las negociaciones de paz entre Israel y Egipto.En una conversación con un grupo de periodistas durante un viaje de inspección por el lago Nasser, Sadat indicó que está esperando aún la respuesta de Washington a una carta enviada por su primer ministro, Mustafá Jalil, al secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, la semana pasada, con nuevas propuestas para la firma del acuerdo con Israel.

Sin embargo, en medios diplomáticos de Israel se señaló ayer que Washington, profundamente preocupado por los sucesos de Irán e Indochina, se muestra remiso a promover nuevas conversaciones entre los dos países hasta que El Cairo y Jerusalén demuestren más flexibilidad.

Al hablar del «complejo» deVietnam» de Estados Unidos, Sadat dijo, en una aparente referencia a la Unión Soviética, que si Washington no cambia de actitud puede dar «libertad a otros para actuar a su antojo».

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