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Cuatro años de difíciles relaciones

El primer enfrentamiento directo entre monseñor Lefèbvre y el Vaticano se produjo en 1975 cuando el ex arzobispo de Tulle, a pesar de que había perdido el recurso interpuesto contra la anulación de la erección canónica de la asociación Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, se decidió a ordenar a tres sacerdotes de esta asociación en contra de las directrices vaticanas.Este conflicto abierto entre monseñor Lefèbvre y el Vaticano -hubo de por medio cartas explicativas y conminatorias de Pablo VI- se agudizó el 29 de junio de 1976 cuando el obispo integrista, a pesar de la prohibición papal, ordenó a trece sacerdotes en el seminario suizo de Ecône, que él mismo había fundado algunos años antes pero que había sido desautorizado por el arzobispo de Friburgo.

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Tras esta ordenación, Pablo VI suspendió, en los primeros días de julio de 1976, a divinis (prohibición de ejercer su ministerio sacerdotal), al prelado francés, a pesar de lo cual éste continuó oficiando misas en varios países de Europa según el rito integrista de San Pío V, proscrito por el Concilio Vaticano II.

A raíz de la suspensión, el obispo, Lefèbvre hizo pública oficialmente su negativa a reconocer la legitimidad del Concilio Vaticano II y se negó a reconocer la reforma eclesiástica que estaba realizando Pablo VI. Por entonces los actos públicos del obispo integrista comenzaron a configurarse como un fenómeno sociológico. Sus misas y declaraciones se convirtieron en auténticos shows. Millares de seguidores de tendencias políticas, sociales y religiosas ultraconservadoras se agruparon en torno a su persona y doctrina.

Ordena trece sacerdotes

Un momento de distensión pareció propiciarlo la audiencia que concedió Pablo VI a monseñor Lefèbvre en septiembre de 1976. En aquella ocasión el obispo de Ecône manifestó que no quería separarse de la Iglesia. En los meses siguientes Lefèbvre y el Vaticano se intercambiaron nuevas misivas, en una de las cuales Pablo VI analizó «los graves errores teológicos del prelado francés. Sin embargo, la tensión Vaticano-Lefèbvre alcanzó una situación límite cuando el prelado integrista ordenó a trece sacerdotes y veintidós diáconos el 29 de junio de 1977. Pablo VI había calificado este gesto como de «autoexclusión de la Iglesia». La excomunicón formal no llegó a producirse.

Nuevas ordenaciones de sacerdotes por parte de monseñor Lefèbvre y nuevas y serias advertencias por parte de Pablo VI se sucedieron durante 1978. Poco antes de morir Pablo VI dijo sobre el tema Lefèbvre: «Ha llegado el momento de la verdad; que cada uno conozca sus propias responsabilidades, sobre todo aquellos que se comprometen a sí mismos y lanzan a los demás por los caminos de la herejía y del cisma.»

Tras el paréntesis del breve pontificado de Juan Pablo I, el Papa actual, Karol Wojtyla, reanudó las conversaciones con el obispo integrista en un clima menos tenso que durante el pontificado de Pablo VI. Los cardenales tradicionalistas Siri y Oddi prepararon la entrevista de monseñor Lefèbvre con Juan Pablo II, que se celebró el día 18 de noviembre de 1978. Algo más de un mes más tarde el obispo integrista volvía a desafiar al Vaticano ordenando en la pasada Nochebuena a seis nuevos sacerdotes en el seminario de Ecône.

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