Interpretaciones del encuentro
«La rehabilitación de monseñor Lefèbvre es algo que se debía haber efectuado hace ya tiempo, puesto que su postura nunca supuso un grave peligro para la Iglesia; es un señor que, aún admitiendo sus posiciones radicales, siempre lo ha hecho de buena fe», ha comentado a EL PAIS, Salvador Muñoz Iglesias, especialista en teología y sagradas escrituras y director en funciones del Instituto de Teología Francisco Suárez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.«Monseñor Lefèbvre tiene razon en unas cosas -ha añadido- que la Iglesia debería reconocer, aunque le cueste. Creo que nunca ha habido motivos doctrinales serios para que se hayan dado esas medidas. Se han mezclado motivos personales que habrán desaparecido seguramente con el actual pontífice.»
Para Andrés Salgado, consejero ideológico de redacción de la revista Iglesia-Mundo, las conversaciones para la posible rehabilitación de monseñor Lefèbvre van a suponer el «abandono de posiciones de intransigencia ». «Creo que los cardenales de la curia, y, concretamente, los de la Congregación para la Doctrina de la Fe, intentarán poner en claro el contenido del Concilio Vaticano II, que como se sabe tiene diversas interpretaciones.»
Alberto Iniesta, obispo auxiliar de Madrid, cree que este tipo de conversaciones puede ser un montaje. «No creo que esto sea una vuelta atrás del Papa. Habrá que esperar, de todas formas, a que se pronuncie Juan Pablo II. Supongo que si monseñor Lefèbvre no da garantías de admitir el Concilio, su rehabilitación será imposible.»Para José María Martín Patino, provicario de la diócesis de Madrid, las conversaciones para la posible rehabilitación «no son sino una señal más de la disposición al diálogo de Roma; como también se dialoga con los no católicos. La Iglesia intenta siempre dialogar con los alejados, pero creo que el Vaticano no accederá a lo que no puede acceder.»
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