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Cohetes y más cohetes

«Carter reafirmó que no tiene la más mínima intención de abandonar la tradicional política de disuasión. ( ... ) La potencialidad de los MX puede tentar a los planificadores estratégicos americanos y forzar a la URSS a buscar una contraamenza. La fabricación de MX es un medio que tiene la Administración para obtener el apoyo del ala conservadora del Senado para la ratificación del nuevo tratado SALT. Desarrollar estas armas no significa que se produzcan en masa ni que se desplieguen. Pero, como advirtió el ex ministro de Defensa Robert McNamara, si un sistema de armamentos opera bien, habrá fuertes presiones de todas partes para desarrollar esas armas. (...)Hay, pues, un motivo de preocupación seria cuando en 1980 la Unión Soviética pueda adquirir la capacidad de lanzar un primer ataque contra las bases de cohetes de tierra americanos. En 1983, la Unión Soviética dispondrá de nuevos y modernos cohetes que podrán destruir la mayoría de los depósitos de cohetes terrestres de EEUU. Una posibilidad para eliminar esta amenaza es construir cohetes terrestres móviles.

Como el MX es un cohete terrestre móvil, algunos planificadores piensan que es el arma ideal. Pero el MX es mucho más que móvil. Es muy potente, hasta el punto que puede contrarrestar la posibilidad que tiene la URSS de destruir los depósitos de cohetes. Esta estrategia es la de la equivalencia.

Pero esta política de equiparación reducirá más que disminuirá la seguridad. Si ambas potencias disponen de una potencia militar susceptible de inflingir el primer golpe, el peligro de crisis aumenta. (...)

El problema ahora no es si Estados Unidos debe construir un cohete terrestre móvil, sino qué tipo de cohete. (...)»

, 13 diciembre

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