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Agricultura confirma crecimiento de la producción final agraria en un 8%

«La producción final agraria puede crecer en 1978 en términos reales cerca del 8%, cifra próxima a la del año 1974 y que contrasta con la disminución del 4 % del pasado año», confirmó ayer el secretario general técnico del Ministerio de Agricultura, José Javier Rodríguez Alcaide, en la presentación de los libros editados por ese departamento, Cuentas del sector agrario en 1977, Panorama de la agricultura en 1977 y Tipificación de las comarcas agrarias españolas.

El señor Rodríguez Alcaide anunció que la renta real del agricultor puede crecer en similar proporción a la de la producción agraria, pues la relación de los precios medios pagados y precios medios percibidos se sitúa en torno al 12-13 %. Anunció, por último, que el déficit de la balanza comercial agraria se reducirá este año en unos 20.000 millones de pesetas, pasando de los 84.000 millones en 1977 a 64.000 este ano.El volumen Las cuentas del sector agrario en 1977 recoge la conocida contracción del 0,6% de la producción agraria sobre 1976 (su valor a precios corrientes pasa de un año a otro de 1,0 a 1,2 billones de pesetas), e indica que la participación de las rentas de trabajo asalariado en la renta agraria se ha incrementado ligeramente en el período (del 20,5 % al 2 1,8 %), a pesar de que el número de asalariados ocupados en agricultura ha disminuido alrededor del 38 %.

El menor descenso comparativo de las rentas empresariales -tanto en excedente neto de explotación como en disponibilidades empresariales- se debe también a que la partida que ha experimentado una evolución mas expansiva ha sido la de retribución a los capitales ajenos, que se ha multiplicado por trece. En cuanto a las disponibilidades empresariales (incremento del 30 %), en 1977 confirmaron la aparente paradoja de que años de cosecha escasa proporcionan resultados empresariales más satisfactorios a nivel global.

Por lo que respecta al valor añadido bruto, se ha pasado de 0,56 a 0,73 billones de 1976 a 1977. Su distribución regional indica que nueve provincias aportan el 32,7% de dicho valor, mientras que otras nueve aportan solamente el 7,5 %. En el primer caso figuran, con una aportación superior al 3 %, Lérida, Zaragoza, Valencia, Murcia, Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz y La Coruña. En el segundo, con participaciones de 1% o inferior, se encuentran las tres provincias vascongadas, Palencia, Soria, Segovia, Guadalajara, Huelva y Las Palmas.

Durante 1977 los productos agrícolas han pasado de representar el 53,8 % al 56% del total agrario, mientras que los ganaderos han reducido su representación del 39,9 % al 38,1%, y los forestales han variado del 3,6 % al 3,4 %. Es de resaltar asimismo que el porcentaje de las mejoras por cuenta propia, situado tres años por encima del 3 % a lo largo de las últimas dos décadas, se ha reducido del 2,7 % al 2,5 %.

Dentro de los cereales, las hortalizas pasan del 12,2 % al 14,4 %, el trigo del 8,6 % al 9,4%, y las frutas, del 6,3 % al 8,6 % del valor de la producción final agraria, mientras que los tubérculos para consumo humano disminuyen del 5,8 % al 4,5 %, y el aceite y los subproductos del 4,4 % al 3,3%. Las variaciones en el subsector ganadero y forestal son menos notables.

Otro de los volúmenes, Panorama de la agricultura en 1977, precisa que el citado descenso del 0,6 % en la producción final agraria ha determinado que el valor añadido bruto al coste de los factores haya experimentado una contracción real del 4,2 %, a pesar de que en términos monetarios haya aumentado el 30%.

La población activa del sector primario, incluida la pesca, se situó en 1977 en 2,6 millones de personas, el 19,9 % de la población activa total.

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