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Dámaso Alonso, premio Cervantes 1978

Dotado con cinco millones de pesetas

«Creo que el Premio Cervantes, para el que existían en España docenas de candidatos, me lo habrán concedido por mi dedicación de más de sesenta años a la investigación filológica y literaria y a la creación poética.» A la misma hora que el ministro de Cultura, Pío Cabanillas, anunciaba oficialmente la concesión del Premio Cervantes 1978, que recaía en la persona del presidente de la Real Academia Española, Dámaso Alonso, éste presidía una de las reuniones académicas de la sección del diccionario de uso, para cuya obra, según declaraciones del propio Dámaso Alonso, donará parte de la cuantía del premio, dotado con cinco millones de pesetas.

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"Un importante poeta y crítico que ha trabajado y vivido intensamente"

«La concesión del premio no me ha sorprendido completamente, aunque puedo decir que no lo deseaba de una manera decidida. A mi edad un premio tan considerable lo que trae es muchas más preocupaciones que satisfacciones. Si quiere que se lo diga en síntesis: mi postura es de agradecimiento al jurado, pero de cierto temor a las decisiones que tengo que tomar a partir de ahora.»La primera decisión a la que se refiere Dámaso Alonso, que fue presentado al premio por la Academia Salvadoreña de la Lengua, ya la ha tomado: «Donaré parte del premio para los trabajos del diccionario usual.» «No, no creo que el Ministerio haya pensado que con estos cinco millones (que, por otra parte, me los conceden a mí, no a la Academia) se pueda cubrir en parte las necesidades de este organismo y el de la investigación literaria. Habría que conceder miles de millones, para hacer avanzar la investigación filológica.»

Entre los demás candidatos que han concurrido a la edición de este año del Premio Cervantes se encuentran Rafael Maya, presentado por la Academia Colombiana; Julio Barrenechea, por la Academia Chilena; Juan Carlos Onetti, presentado por la Real Academia Española; Agustín Yáñez, por la Academia de México; Antonio Cuadra, por la Academia de Nicaragua; Hipólito Sánchez, por la Academia de Paraguay, y Francisco Mateos, por la Academia de Puerto Rico.

El novelista cubano Alejo Carpentier, premio Cervantes 1977 (la primera edición del premio, en 1966, fue a parar a manos de Jorge Guillén), explicó, en calidad de vocal, portavoz del jurado, que el premio se había concedido con absoluta unanimidad a Dámaso Alonso no por un libro, sino por su obra de conjunto, «como poeta que nos lleva de la mano hacia una nueva visión de la obra de Luis de Góngora», «como traductor pionero de la obra cumbre de James Joyce, Ulises» y «porque en cualquier campo de la literatura nos encontramos con la obra de investigación filológica y literaria de Dámaso Alonso».

El señor Carpentier glosó estos y otros méritos de Dámaso Alonso una vez que el ministro de Cultura, Pío Cabanillas, anunciara el nombre del ganador del premio y manifestara «el sentimiento de duelo del jurado por la muerte de Salvador de Madariaga, humanista gallego muy ligado a la historia de la América española».

Alejo Carpentier afirmó que «en cualquier campo de la literatura nos encontramos con Dámaso», a quien definió como «maestro, compañero y amigo». Desde trabajos sobre Erasmo, los antecedentes de la épica francesa, la poesía de la Generación del 27, «quien quiera estudiar a este grupo -dijo el novelista cubano- se tendrá que referir a Dámaso Alonso». Además, Alejo Carpentier resaltó los trabajos de investigación filológica del presidente de la Real Academia Española, de quien afirmó que «posiblemente sea el creador de la crítica poética conocida como estructuralista».

Por su parte, el secretario perpetuo de la Real Academia Española, Alonso Zamora Vicente, declaró que «este premio no es tanto un honor para Dámaso como para la lengua española. La elección -añadió el secretario de la Real Academia, que además era miembro del jurado- ha sido como elegir un Napoleón entre varios sargentos. Me siento satisfecho de ser compañero de un hombre que ha puesto a todo el mundo de acuerdo».

En parecidos términos se expresó el profesor Francisco Yndurain, quien dijo que en Dámaso Alonso se encontraban la crítica literaria, la investigación y la creación poética, hechos que contribuyen a extender la influencia de Dámaso Alonso en el mundo literario español en cuanto al estudio de la literatura.

El jurado que ha concedido el Premio Cervantes estaba formado por el ministro de Cultura, Pío Cabanillas, en calidad de presidente, y como vocales, por Alonso Zamora Vicente, secretario de la Real Academia Española; Eduardo Guzmán, director de la Academia Colombiana de la Lengua; Manuel de Prado y Colón de Carvajal, presidente del Centro Iberoamericano de Cooperación; Francisco Yndurain, catedrático de Historia de la Lengua y Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid; José B. Terceiro, director general del Libro y de las Bibliotecas, y Alejo Carpentier, premio Cervantes 1977. Actuó como secretario del jurado Emilio López Morillo, secretario general de la Dirección General del Libro y de las Bibliotecas.

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