La preocupación comunitaria se centra en la producción mediterránea

La parte del dictamen de la Comisión Europea sobre la candidatura de España al Mercado Común, de sus aspectos agrícola y pesquero, se inicia con una serie de datos comparativos entre ambos sectores. «La superficie agrícola en España cubre 275.000 kilómetros cuadrados (55% del territorio nacional) y ocupa 2,5 millones de personas (20% de la población activa), que contribuyen con el 9% a la formación del PIB español, mientras que en la CEE este sector sólo representa el 4% del PIB, con menos del 8% de población activa. Por el contrario, la parte de la producción agrícola por unidad llega sólo a 3.511 Unidades de Cuenta Europeas (UCE) en España (unas 350.000 pesetas) contra 11.381 UCE, en la Comunidad (más de un millón de pesetas).Después de esta introducción estadística, que recuerda las diferencias esenciales entre el agro comunitario y el español (mayor población, menor rentabilidad, pero superior importancia en la economía del campo español), la comisión explica en su dictamen la «notable reducción de la población agrícola española en la última década, sin que baje la producción, mantenida gracias a irrigaciones y reorientaciones de producción».

En comercio agrícola, el dictamen señala otro importante capítulo de desfase, al ir « el 58% de las exportaciones agrícolas españolas hacia la Comunidad, mientras que sólo el 10% de las importaciones españolas son de origen comunitario». A pesar de la importancia del sector agrícola español, el dictamen explica que, en términos globales, la balanza comercial agrícola española es deficitaria (también la de los «nueve» de la CEE), importando grandes cantidades de cereales forrajeros, maíz en especial, y semillas oleaginosas.

En materia de estructuras agrícolas, el dictamen precisa las características de las explotaciones españolas, donde «coexisten pequeñísimas explotaciones reducidas a una economía de subsistencia y grandiosas explotaciones subutilizadas». Falta de equipos mecánicos, envejecimiento de la población activa y poca formación profesional agrícola, son el resto de puntos que destaca el dictamen. El 57% de las explotaciones agrícolas españolas (de una a cinco hectáreas) ocupan sólo el 10% de la superficie agrícola útil, mientras que el 45% del resto de superficie agrícola útil está explotado por el 4% de propietarios, con más de cincuenta hectáreas. Es la ilustración cifrada del problema del «minifundio» y el «latifundio» del campo español.

La producción española de origen «mediterráneo» (40% del total) de legumbres, frutos, vino, tabaco, aceite de oliva, algodón, ovinos y caprinos, es citada en el dictamen comunitario, junto con el desarrollo de estos últimos años en producción de trigo, carne de porcino, avícola y huevos, «gracias, en parte, a medidas de protección». El resto de España es deficitaria, sobre todo en maíz (cubierto sólo en un 31% del consumo), aceites y grasas-vegetales (excepto aceite de oliva) y carne bovina. Se recuerda también que «los rendimientos por hectárea son inferiores a los de la comunidad».

En materia de precios, la aplicación del sistema de precios comunitarios (más altos, excepto en trigo blando y remolacha azucarera) incitará a los agricultores españoles a desarrollar sus producciones, según el dictamen comunitario, que destaca, también, que «el coste de la mano de obra española será todavía, durante cierto tiempo, inferior a la comunitaria».

Se explica que, en una comunidad con España dentro, los índices de auto-abastecimiento aumentarán sensiblemente, pasando del actual 50% al 83%, para los agrios, del 85 al 90% para los demás frutos, del 96 al 100% para los tomates y legumbres, del 103 al 123 % para el aceite de oliva, del 63 al 69% para la carne ovina, siendo estable para el vino, aunque se señala que el rendimiento actual por hectárea en viñedos es de 16 H1/Ha, en España, contra 61 H1/Ha en la Comunidad.

Las «producciones mediterráneas» son las que preocupan a la Comisión y serán, en definitiva, una de las papeletas más difíciles a resolver para los negociadores comunitario que partirán, probablemente, de la idea de períodos transitorios que pueden llegar hasta diez años, según productos.

El análisis agrícola concluye con un apartado exclusivamente destinado a la pesca, que ocupa a 114.000 personas en España, casi el 1 % de la población activa (0,2% de la CEE actual). Las exportaciones de pescado (conservas de sardina, en especial) superan ampliamente las importaciones en España. « Los dos tercios de las capturas españolas provienen del exterior de la zona pesquera española y la mitad de la zona de pesca comunitaria.» Se citan los actuales acuerdos pesqueros España-CEE y se anuncia que «el desequilibrio actual entre el tonelaje de la flota española y las zonas de pesca abiertas a España obligará, teniendo en cuenta la propia situación comunitaria, a la reorganización de la flota y la reconversión de un número importante de pescadores».