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La flota pesquera canaria podría volver el lunes al banco saharaui

Si los trabajadores del sector no imponen otro criterio, la flota pesquera canaria volverá a salir a pescar al banco saharaui a principios de la semana próxima. La mayor parte de la flota regresó a puerto tras el atentado del pasado martes al Cruz del Mar, que costó la vida a siete tripulantes y cuyos autores todavía no se han responsabilizado de su acción. Además de los veinte buques de guerra que darán protección a los pesqueros, éstos llevarán, probablemente, soldados de Marina armados a bordo. Esto, junto a la momentánea ausencia de mediaciones políticas para solucionar el conflicto, es lo que retrae a los trabajadores para echarse a la mar.

Ayer por la mañana, en la Comandancia de Marina de Las Palmas, se celebró una reunión de autoridades militares para estudiar la petición de armas a las tripulaciones propuesta por el comité de enlace creado el viernes con representantes de armadores y trabajadores y coordinado por el vicealmirante-jefe de la zona marítima y el gobernador civil de Las Palmas, señores Jaraiz Franco y Fernández Escandón.Esta petición parece que no va a ser admitida por el Gobierno, pero puede ser sustituida por dotar a cada pesquero «de dos o tres soldados de un cuerpo especial de la Marina, y con cuatro soldados en los pesqueros de mayor tonelaje», según fuentes del comité de enlace.

«Hasta el lunes no sabremos exactamente qué medidas concretas se va a adoptar además de la presencia protectora de los veinte buques de guerra. En cuanto se sepan, es de suponer que todos los armadores volveremos a ordenar la salida de los barcos, a no ser que la parte social politice el asunto y lo impida», señaló a EL PAIS José Llovet, armador de Sardinal, de Lanzarote, y miembro del comité de enlace. El señor Llovet añadió: «El problema está en que si no vamos a pescar, en tierra se va a crear un grave conflicto por la falta de pescado, con repercusión en la industria alimentaría y conservera derivada, así como en el sector turístico.»

Otras fuentes del comité de enlace señalaron a EL PAIS que entre las medidas a adoptar se ha establecido una clave cifrada de radio para mantener una constante comunicación entre los pesqueros y los buques de guerra protectores. Aquéllos, durante el día, podrán acercarse hasta unas tres o cuatro millas a la costa saharaui para pescar, y, durante la noche, regresar a fondear hasta diez millas adentro, en los caladeros cubiertos por los buques de guerra. «El vicealmirante ha comunicado al comité de enlace que los buques de guerra, españoles llegarán bastante más adentro de las treinta millas reglamentarias, porque si Marruecos no garantiza la seguridad en esas aguas tendrá que garantizarla la Armada española», dijo un miembro del comité de enlace a EL PAIS.

Este mismo portavoz señaló: «El peligro sigue estando en que, si atacan de día, cosa que no han hecho hasta ahora, los pesqueros vamos a quedar entre dos fuegos. Además, el buque de guerra no podrá llegar a tiempo si nos ataca una lancha desde la costa». Y añade: «Por eso éramos partidarios de que se nos dieran armas a nosotros, un Cetme por patrón o, si no, que nos pongan soldados armados a bordo».

Movimiento de oposición

El comité de enlace está constituido por siete armadores, diez patronos de pesca y dos marineros, todos ellos pertenecientes a la pesca artesanal, de arrastre y sardinal, pero sin que las centrales sindicales hayan sido invitadas oficialmente a enviar representantes oficiales a dicho comité.

A excepción de algún armador de arrastre, como ya se señaló en anteriores informaciones, el resto de los miembros del comité pidió la autoprotección.

Sin embargo, las principales fuerzas sindicales y algunos partidos de izquierda de las islas están en desacuerdo con la postura armamentista.

La población trabajadora pesquera de Lanzarote ya se ha pronunciado por no querer salir a la mar si no se llevan a cabo otras medidas de tipo político y, desde luego, sin armas. La jornada de paro laboral total -no se podía comprar ni un puro- y la manifestación de más de 5.000 personas llevada a cabo el viernes en Arrecife, tras la convocatoria del Sindicato Obrero Canario (SOC) de esta capital, ha sido una buena muestra de tal postura.

En las islas se está preparando un fuerte movimiento de oposición por parte de los trabajadores sindicados, y apoyados por partidos de izquierda, para dar un enfoque al problema complementario al de las medidas militares.

En la noche del viernes hubo una reunión en la sede del partido Pueblo Canario Unido (PCU), a la que asistieron representantes del PSOE y del Partido de Unificación Comunista de Canarias (PUCC) y del PTE, así como del Sindicato de Trabajadores del Mar (STM) y Sindicato Obrero Canario (SOC) y SLMM -UGT y CCOO se excusaron de no poder ir, pero anunciaron su presencia en las próximas reuniones que se celebren-; en esta reunión se analizó la actuación y se tomaron unos acuerdos que vienen a coincidir con los tomados ayer por la mañana en una asamblea de trabajadores del Sindicato de Trabajadores del Mar, y con la que se solidarizaron, además de los citados, la Asociación de Amigos del Sahara, la Comisión Ciudadana por la Liberación de Canarias, el Sindicato de Maestros y otras fuerzas sociales de las islas

Soluciones políticas

El acuerdo de esta asamblea fue:

1. No aceptar las armas a bordo, tanto si las manejan los tripulantes como si son portadas por soldados.

2. Para salir a la mar se exige que el Gobierno dé un plazo de compromiso para iniciar negociaciones políticas que den solución al conflicto por la vía pacífica.

3. Que las medidas militares sean provisionales hasta que se inicien las negociaciones citadas.

4. Que no existan despidos de los trabajadores que se nieguen a salir a la mar en tanto no se cumplan estas condiciones.

En las islas, el problema laboral que supone esta situación va dejando en segundo plano la identidad de los autores del atentado al Cruz del Mar.

A este respecto cabe señalar la extrañeza que en los círculos políticos, económicos y sociales de Las Palmas causa el hecho de que el Gobierno español no haya dado todavía una respuesta clara y precisa sobre la identidad de los asaltantes del Cruz del Mar, sobre los cuales sólo se ha especificado que dos de ellos eran saharauis. Este dato, y dada la personalidad de los identificados en las islas, aporta nuevas dudas sobre la autoría del Frente Polisario; los citados saharauis identificados se estima aquí que podrían ser de los que quedaron en territorio actualmente administrado por Marruecos, desligados de aquel Frente de Liberación.

En los medios periodísticos de Las Palmas sigue extrañando el silencio gubernamental, máxime cuando, a las pocas horas del atentado, concretamente las 2.30 de la tarde del miércoles, un oficial de la Marina, que despachaba con el vicealmirante, informó al diario EL PAIS, a una periodista de la revista La Calle y a un dirigente del SLMM, que «todo estaba perfectamente claro y en el transcurso de dos horas se daría una información completa de los hechos y la identidad de los autores». Sin embargo, a las cinco de la tarde cuando el jefe de la oficina de prensa de la Comandancia de Marina, capitán de corbeta José Luis del Hierro, facilitó la nota informativa, ésta -como ya es sabido- seguía sin esclarecer absolutamente nada.

A partir de ese momento la respuesta del Gobierno ha: sido reiterar que la identificación está muy avanzada y que todo está prácticamente esclarecido, pero sin precisar absolutamente nada.

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