Los países latinoamericanos piden ventajas arancelarias a la CEE

Ni la propuesta argentina, considerada como «dura», ni la uruguaya, calificada de excesivamente blanda, tuvieron éxito final en la reunión consultiva del Sistema Económico Latinoamericano (Sela), celebrada en Punta del Este (Uruguay), con el objeto de establecer una estrategia común en las relaciones comerciales entre los países americanos y la Comunidad Económica Europea. De dicho encuentro, en el que participaron expertos de los veinticinco países miembros, salió el propósito de encontrar soluciones a los graves problemas de los intercambios entre Europa y Latinoamérica por la vía de la cooperación y el diálogo.Las relaciones económicas entre el Mercado Común Europeo y Latinoamérica se han deteriorado tanto en los últimos años que en la actualidad son prácticamente inexistentes. Para la CEE, las exportaciones de la región son las últimas en volumen e importancia. Las importaciones latinoamericanas de productos comunitarios se mantienen estables desde hace ocho años, con el agravante de que los precios de dichos productos han aumentado más del ciento por ciento en ese mismo período.

La clave de esta desigual situación está, a juicio de los expertos, en las barreras y restricciones que impone la Comunidad Económica Europea a productos latinoamericanos, fundamentalmente en los sectores agrícola y minero.

Prevaleció al final la idea de que era mejor basar las relaciones entre Latinoamérica y la CEE sobre el diálogo en lugar de la confrontación. Con este planteamiento, los miembros del Sela acordaron armonizar sus políticas económicas con respecto a la Comunidad y decidir en bloque, y no de forma aislada, las posturas y actitudes a adoptar en cada circunstancia. Los expertos recomendaron, además, que los Gobiernos de los países miembros del Sela refuercen la autoridad de sus embajadores ante el Mercado Común, con objeto de incrementar su capacidad de gestión ante los organismos comunitarios.

En aspectos comerciales concretos, el Sela acordó solicitar de la CEE criterios más flexibles y reducciones arancelarias para determinados productos agrícolas (plátanos y azúcar, fundamentalmente), y para que los productos minerales de la región tengan un trato justo en materia de precios.