El Rey intercederá en Argentina por ocho presos españoles

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Se espera un magno recibimiento popular a los Reyes de España en Buenos Aires. El Gobierno argentino y los miles de españoles que habitan la capital bonaerense están dispuestos a ofrecer una espectacular acogida a los Monarcas que han de pasar un viaje delicado en lo político. Delicado porque no pocos observadores intentarán situar la visita como espaldarazo de España, de la Monarquía española, a la dictadura militar argentina, cuando el objetivo de la misma según declaró hace unos días el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, era el de que el Rey cumpla su promesa de visitar en los primeros años de su reinado el mayor número posible de naciones latinoamericanas. El ministro añadió que se trata de un contacto del Rey con su pueblo y de unas conversaciones a nivel de Estado -que darán importantes resultados en el plano económico- con las autoridades.

El conseguir este difícil equilibrio es tarea ardua y delicada para los Monarcas. Don Juan Carlos no dar á, al parecer, espacio libre al equívoco y se prevé que en sus intervenciones públicas ensalce la democracia y los derechos del hombre. El Rey intervendrá en favor de los presos políticos españoles -ocho aún detenidos- y, en principio, no tiene intención alguna de mediar en el conflicto argentino-chileno sobre la soberanía del canal de Beagle y de sus islas colindantes. Si la crisis política que separa ambos países llegara a riesgos militares de enfrentamiento, la parte española no ahorraría buenos oficios en favor de la distensión aunque sin entrar en la mediación directa. Rumores de hace tan sólo pocas horas hablaban, en medios diplomáticos, de una crispación de última hora entre ambos países por el Beagle.

Pero, por el momento, sólo son rumores como los qué hacen referencia a una posible mediación del Rey en favor del ex presidente Cámpora (refugiado en la embajada de México en Buenos Aires) que nadie solicitó al Rey, por el momento, o como los que especulan con la posibilidad de que los montoneros argentinos preparen un golpe de mano durante la estancia del Rey en este país, para la que se han tomado unas severas medidas de seguridad.

Machu Pichu, Cuzco y Arequipa

Las últimas horas de la estancia de los Reyes de España en Perú discurrieron por senderos turísticos y culturales. En este último plano destaca la entrega de parte de las cenizas del inca Garcilaso a la bella ciudad del Cuzco en la tarde de ayer. Don Juan Carlos pronunció unas emotivas palabras del acto, como homenaje al personaje del inca que compartió su vida con Cuzco y Córdoba y que también quiso repartir su rica aportación literaria en las lenguas quechua y castellano.

En su discurso él Rey dijo: «Hemos venido a rendir en la figura eximia de Garcilaso, un homenaje profundo y sentido al mestizaje Desde la catedral de Córdoba -mezquita de mil columnas en su origen-, donde por expresa manifestación de su voluntad reposan sus restos en una capilla por él donada, llegamos a esta imponente catedral del Cuzco con una parte de sus cenizas.» El Rey añadió que el inca Garcilaso es la encarnación temprana del mestizaje y de su primer reflejo en nuestra literatura, y concluyó diciendo que «estas cenizas del inca Garcilaso de la Vega, al entregároslas como Rey de España y en nombre de mi Patria, quiero hacer patente esa nuestra solidaridad mestiza y el compromiso que conlleva».

Mareo de la Reina

El acto de la entrega de cenizas fue el más solemne de la última jornada del Rey en Perú, que tuvo su etapa reina en la visita a las ruinas de Machu Pichu. Los Reyes llegaron a primeras horas de la mañana a Cuzco, en vuelo desde Lima. En esta bella ciudad andina, situada a 3.400 metros de altura, descansaron unos momentos para acoplarse a la altitud, que provocó mareos a la reina doña Sofía. Repuestos del cansancio se trasladaron en helicóptero a la que fuera la ciudad sagrada de los incas y recorrieron durante media hora sus bellos restos en el profundo y hermoso valle incaico. Los Reyes fueron acogidos con aplausos de turistas y de algunos campesinos indígenas de la zona. Un matrimonio de la zona selvática de Quillabamba, que viaja todos los fines de semana a Machu Pichu con dos de sus doce hijos, se declaró encantado de saludar a los Reyes. Ella, en silencio ritual, y él, entusiasmado y sonriente, llamó a doña Sofía «mi Reina». Los Monarcas se acercaron luego a un grupo de alpacas para acariciarlas y posar junto a ellas, y después de una breve gira se trasladaron a otra zona arqueológica, Sacsayhuamani, la ex fortaleza de Cuzco, donde los Monarcas fueron acogidos con una simpática fiesta del folklore peruano de los Andes.

Por último, hay que señalar que los Reyes visitan esta mañana la ciudad de Arequipa antes de salir hacia Buenos Aires y que durante sus últimas horas en Lima consiguieron reunir, por primera vez en una cena-recepción en la residencia de la embajada de España, a todo el espectro político peruano. Desde la oposición más radical al régimen militar en el poder hasta los partidos más conser vadores de la Asamblea Constituyente de Perú. El gesto fue considerado como especial por los observadores políticos, que han destacado esta capacidad aglutinadora del Monarca español, quien, al término de su estancia en Lima, invitó al presidente Morales Bermúdez a visitar España oficialmente.