Carter critica a los servicios de inteligencia norteamericanos

El presidente Jimmy Carter ha criticado la escasa calidad de los informes facilitados a su Gobierno por la CIA y otras agencias de espionaje sobre recientes acontecimientos mundiales y, especialmente, sobre la crisis de Irán, que fue evaluada erróneamente por la inteligencia norteamericana.Según el diario The New York Times, Carter envió el pasado 11 de noviembre una carta al secretario de Estado, Cyrus Vance, a su consejero para asuntos de seguridad, Zbigniew Brzezinski, y al director de la CIA, Stansfield Turner, en la que expresa su descontento por los fallos del espionaje norteamericano, que han colocado a su Gobierno en situaciones embarazosas.

El principal motivo de irritación del presidente habrían sido los informes recibidos en agosto pasado sobre la situación en Irán, un aliado estratégico de vital importancia para Estados Unidos. Estos informes no previeron la importancia de los disturbios, ni la fuerza de la oposición religiosa al sha.

Pero, además, las agencias de espionaje no facilitaron información correcta sobre otros temas, como el golpe de Estado prosoviético en Afganistán, o las incursiones de Rodesia contra bases gperrilleras en Zambia, producidas durante la estancia en Washington del primer ministro lan Smith.

A estos errores hay que añadir el asunto del satélite espia «KH-11 », cuyo manual fue vendido a los soviéticos por un ordenanza de la CIA, recientemente condenado por un tribunal. Se da además la circunstancia que otros doce manuales técnicos del satélite supersecreto se han perdido, lo que se considera una grave violación de las normas de seguridad.

Por si esto fuera poco, diversos medios informativos vienen hablando desde hace meses de la existencia de un «topo», o agente doble que trabaja para los soviéticos, situado a muy alto nivel dentro de la CIA.

Evidentemente, el principal blanco de las críticas está siendo el almirante Stansfield Turner, que dirige la CIA y es el responsable de la llamada «comunidad de inteligencia», que agrupa a una docena de organizaciones de espionaje y contraespionaje. Turner fue encargado por Carter de «sanear» la agencia y poner fin a los abusos denunciados en los últimos años.

Ayer, el columnista conservador William Safire pedía desde las páginas del Times que Stansfield Turner sea relevado de su puesto. Los comités de inteligencia del Senado y la Cámara de representantes realizarán una investigación sobre el funcionamiento de las agencias de espionaje, y el mensaje de Carter se considera como la crítica más dura recibida por estas agencias desde la Casa Blanca en las últimas administraciones.

Aparte de la CIA, la más conocida de las organizaciones del espionaje norteamericano, pero no siempre la más importante, los informes erróneos que han irritado al presidente provinieron también de la oficina de inteligencia e investigación del Departamento de Estado, encargada de prever los desarrollos políticos mundiales, y de la DIA o agencia de espionaje del Departamento de Defensa. Concretamente, en el caso de Irán, estas agencias erraron en sus predicciones, a diferencia del espionaje israelí, que habría ido «varias semanas por delante» de los norteamericanos y evaluado correctamente la situación.