Nuevo esfuerzo de Washington y Moscú para completar el acuerdo SALT II
El secretario norteamericano de Estado, Cyrus Vance, llegó ayer a Moscú para reanudar el que puede ser el último diálogo negociador que ponga a punto, para su firma antes de fin de año, el segundo tratado para limitar las armas estratégicas nucleares (SALT II).
Vance, que fue recibido en el aeropuerto moscovita por el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, declaró a su llegada que estaba dispuesto a hacer todos los «esfuerzos posibles» para que las conversaciones culminen en la ratificación a nivel ministerial del proyecto de tratado que, según fuentes oficiosas, ha sido acordado prácticamente por las dos delegaciones en reuniones previas.
Punto de vista norteamericano
Pero la nueva ronda de conversaciones sobre limitación de armas estratégicas entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que se inicia hoy en Moscú, merece únicamente pronósticos muy cautelosos por parte norteamericana, en contraste con el claro optimismo que reinaba hace sólo unas semanas.En vísperas de la llegada del secretario de Estado, Cyrus Vance, a la capital soviética, para mantener conversaciones que pueden ser decisivas para la firma del nuevo acuerdo SALT, altos funcionarios norteamericanos estimaban en un 50% las posibilidades de éxito.
No está claro, sin embargo, si el repentino enfriamiento del optimismo que predominaba anteriormente se debe a la aparición de nuevas dificultades o si se trata de un intento de la Administración Carter de eliminar expectativas demasiado, optimistas en la opinión pública. No debe olvidarse que las elecciones legislativas estadounidenses, en las que se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, se celebrarán dentro de dos semanas.
El borrador, listo
Según fuentes norteamericanas, existe ya un borrador de cincuenta folios para un segundo tratado SALT sobre el que las dos partes están de acuerdo. Las mismas fuentes señalan que los problemas más graves de carácter estratégico han sido resueltos y que sólo permanecen diferencias más bien de tipo político.Soviéticos y norteamericanos aceptan una limitación del número total de vectores atómicos a 2.250 por cada lado. El borrador del acuerdo no fija límites a los nuevos misiles disparados desde submarinos y sólo admite el desarrollo de un nuevo tipo de proyectil disparado desde tierra durante los siete años de duración del futuro acuerdo. Las cabezas múltiples instaladas en los misiles serán objeto, asimismo, de limitación numérica.
En cuanto al bombardero soviético TU-26, conocido como Backfire en el código de la OTAN, parece que se ha alcanzado un acuerdo y que Estados Unidos se reserva el derecho a construir uno de características similares. Por su parte, los soviéticos exigen limitaciones en el alcance y en el número de unidades de misiles Crucero que podrá transportar cada bombardero norteamericano.
Si la nueva ronda de conversaciones desemboca en un acuerdo, el nuevo tratado SALT II sería firmado por Jimmy Carter y Leonidas Brejnev antes de que finalice este año, e inmediatamente después comenzarían las negociaciones del tratado SALT III, que entraría en vigor en 1985 aproximadamente.
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