Irán y Brasil retrasan la compra de centrales nucleares en la RFA
Los dos negocios del siglo para la República Federal de Alemania atraviesan momentos difíciles, tanto que en Bonn se teme por su viabilidad. La venta de centrales nucleares a Brasil e Irán y la transferencia de submarinos alemanes a este segundo país chocan con «problemas presupuestarios» de los compradores. Teherán, según dos diarios persas y la empresa vendedora alemana Kraftwerkimion (KWU), se propone reducir los gastos en los capítulos de energía nuclear y defensa.
De aplicarse esta medida, Alemania Federal se vería obligada a retrasar la entrega de cuatro centrales nucleares cuya venta se ha concertado ya y sólo espera un contrato definitivo. Otro tanto ocurre con seis submarinos encargados anteriormente por Irán a los astilleros Howaldt de Hamburgo, por un total de mil millones de marcos.Las centrales nucleares estaban presupuestadas en más de 11.000 millones de dólares. Los diarios persas que han anticipado esta posibilidad -Teheran Journal y Ayndegan- aluden también a otras operaciones que, igualmente, podrían verse afectadas por las medidas de ahorro, como la venta de un sistema de alerta norteamericano y de otras dos centrales atómicas francesas.
Para la KWU, tal resultado «sería catastrófico para la industria energética alemana», que depende cada vez más de la exportación desde que, en 1975, se impartió el último permiso, por ahora, para la construcción en territorio federal de una central nuclear. Esta Postura restrictiva del Gobierno, que lo es sólo en parte, cambiará de signo si es que se le otorga valor indicativo a un informe del Ministerio del Interior hecho público ayer y en el que se anticipa para 1980 un pronóstico de producción energética sobre la base nuclear cuatro veces superior al volumen actual.
Presiones norteamericanas
Por lo que respecta a Brasil, las presiones norteamericanas sobre el Gobierno de Brasilia para que renunciase a concertar la construcción de ocho instalaciones atómicas alemanas en suelo brasileño han dado paso también ahora a problemas de financiación. El inadecuado emplazamiento de la central Angra 1, construida por la empresa norteamericana Westinghouse en suelo arenoso, ha obligado a quintuplicar el precio de la energía obtenida en esta factoría respecto de los cálculos hechos en 1969. Sea esta la razón verdadera o no del aplazamiento de la firma del contrato germano-brasileño, lo cierto es que la operación se presenta por parte alemana como «cada vez más problemática».
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