El Festival de Música de Barcelona ejemplo de descentralización

En el mapa de los Festivales Internacionales de Música el nombre de Barcelona se destaca con valores propios. Si no conociéramos esta verdad bastaría repasar el programa de la edición 1978, que se iniciará el 2 de octubre en el Palau de la Música Catalana, para calibrar la importancia de los ciclos y lo meditado de su planificación.El principio de descentralización, de día en día más acusado en los festivales europeos, encuentra vía muy eficaz en el caso de Barcelona por la diversidad de escenarios, la variedad de públicos a los que cada serie de actuaciones se dirige, la dimensión pedagógica de los cursos y conferencias y el añadido de las exposiciones.

Dieciocho conciertos forman lo que podríamos denominar «primer ciclo», en el que se sucederán programas de Narciso Yepes, Trío Leonhardt, I Musici, Ensamble de Lausanne, Opera de Cámara de Varsovia, London Oratory Choir, Rosalyn Tureck, Hesperion XX, Cuarteto Amadeus, Giorgio Questa, Escolanía de Montserrat, Edith Mathis-Irvin Gage y Orquestas Nacional de España, Filarmónica de Ostrava y Sinfónica de Berlín Oriental. Puntos a destacar: la atención a Schubert y a Janacek, el repertorio barroco, la Pasión según San Juan, de Bach; la Misa glagolítica, de Janacek; el Llibre Vermell y compositores montserratinos y las cantatas y óperas de Haydn y Paisiello, amén del Segundo Libro de Toccatas para órgano, de Frescobaldi; la Misa Scala Aretina, de Valls (que hemos comentado desde Saintes), o el estreno en España de Villanesca, de Bernaola, homenaje a Francisco Guerrero, encargo de RNE.

Teatro libre y festival en los barrios

En el teatro Lliure de Gracia se desarrollarán dos interesantes sesiones con estrenos de autores catalanes de vanguardia y presentación de El molino de Júpiter, de Mestres Quadrenyi sobre textos de Joan Brossa.En cuanto a la dispersión del Festival en los Barrios nos encontramos con seis audiciones de la Orquesta Ciudad de Barcelona, dirigida por Edmon Colomer (Sinfonía de Salmos, de Strawinsky); los conciertos organísticos de Bach, interpretados por Josep M. Mas Bonet; el Requieni, de Brudieu, y obras polifónicas de Cabanilles y Cererols, por el London Oratory; los Nocturnos, de Mozart, y canciones tradicionales catalanas, instrumentadas por Ros Marbá, a cargo de Oriol Martorell y su Coral St. Jordi; un Marathon-Schubert, encomendado a los alumnos del conservatorio, y un variado programa de The Scholars.

Cursos, conferencias y exposiciones

Interpretación de Bach, por Rosalyn Tureck, en seis lecciones, dedicadas cada una de ellas a una materia determinada.Dirección Coral, encomendado a Michel Corboz, con un programa de trabajo de obras de Bach y Monteverdi.

Ciclo de cine musical, conferencias y coloquios a celebrar en el Instituto Francés.

Exposiciones de Fernando Sor en el Palau Meca y de Franz Schubert en la Sala Millet.

Los escolares tendrán asistencia gratuita a los ensayos y podrán participar en concursos de redacción y dibujo así como en visitas colectivas a las exposiciones.

Todos los datos nos dicen que se trata de hacer «algo más que un festival», en beneficio de lo cual han sido apurados los precios.