La vuelta de Fraga

«Fraga regresa. La palabra altisonante, el verbo florido, el dedo apuntando a catástrofes futuras, la impaciencia a flor de piel, el que fue amo y señor de la prensa con Franco, y que es hoy el líder de la derecha parlamentaria multiplica los mítines, para denunciar a «un Gobierno que no gobierna», y para predecir una nueva dictadura o una nueva guerra civil. Palabras que suenan mal al proceder de un ferviente partidario del difunto Caudillo (...).Los asesinatos de policía y de militares le han dado un pretexto ideal para pintar, en sus discursos, una España entregada al separatismo, al desorden, a la anarquía económica y social (...).

(...) Parece sentir cierta nostalgia de la España de los años sesenta, cuando era ministro de Información, un cargo donde el optimismo era obligatorio, hasta el punto que los periódicos no publicaban más que buenas noticias sobre el estado del país y la moral de los ciudadanos (...).

Acaba de pedir al Rey que forme un Gobierno neutral, compuesto de personalidades independientes, para evitar que los recursos de la Administración y de la televisión sean utilizados por un solo partido, el de la Unión de Centro Democrático. Nadie podrá reprochar que habla sin saber que él organizó el referéndum del 14 de diciembre de 1966, sobre la ley Orgánica del Estado, y que convenció al 95% de los electores a decir sí a Franco (...)

¿Tiene la derecha española el líder que se merece? No es de esta opinión Abril Martorell, vicepresidente del Gobierno, que se ha irritado por las frases sobre la guerra civil. "La derecha es más inteligente que alguno de sus jefes." En cuanto a la extrema izquierda, cree, o finge creer, que el autoritarismo de Fraga Iribarne representa, pese a sus pobres resultados electorales de junio de 1977, un peligro real. Parece contar con el apoyo de los círculos militares, que ven en él el hombre fuerte que una población harta ya de discusiones parlamentarias, de paro, de desórdenes en la calle, podría ser llamado de la forma más legal y constitucional del mundo. En fin, el toro Fraga, como se le llama algunas veces, puede entrar en el ruedo en el buen momento, pues puede justificar, por sus excesos oratorios, la política de pacto y de consenso que le desagrada, pero que Suárez y los comunistas tienen interés en prolongar.»

25 septiembre.