Gadafi y Arafat se entrevistan con el rey Hussein
El presidente de Libia, Muamar el Gadafi, y el líder de la OLP Yasser Arafat, dos de los hasta ahora mayores enemigos del rey Hussein, han tratado de convencer al monarca hachemita, después de haberse trasladado a Al Mafraq, en Jordania, de que no colabore con Estados Unidos y Egipto en la puesta en práctica de los acuerdos de Camp David.
Ambos líderes, que se entrevistaron ayer con Hussein, su primer ministro Munar Badran y el jefe del Estado Mayor jordano, general Zeld Bin Shaker, han sido al parecer comisionados por la «cumbre de la firmeza», que reúne en Damasco a cinco presidentes árabes, para que presionen a Jordania y a la vez la ofrezcan un apoyo económico que le permita superar una eventual suspensión de la ayuda norteamericana.La presencia del líder libio Gadafi tendría ese sentido. Gadafi es la primera vez que viaja a Jordania, y Arafat no ha vuelto desde el «septiembre negro» de 1970, en que la resistencia palestina fue prácticamente aplastada por el Ejército Jordano.
En competencia con esa intención seductora de ayudar económicamente a algunos países, el Senado norteamericano aprobó ayer la concesión de 1.700 millones de dólares a título de ayuda económica a Israel, Egipto, Jordania y Siria. De este importe, 785 millones son para Israel, 750 para Egipto, 93 para Jordania, y noventa para Siria.
El secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, que se entrevistó ayer con los dirigentes sauditas, tampoco parece haber obtenido grandes resultados, pero según informaciones recibidas en Beirut no ha visto cerrada del todo la puerta a una futura cooperación. El rey Jaled, con quien Vance sustuvo conversaciones, deberá marchar pronto a Houston (Estados Unidos) para ser intervenido quirúrgicamente. El príncipe Fahd, hombre fuerte de Arabia Saudita, y considerado como el «hombre de Estados Unidos» en Riad, le sustituirá en el mando durante su convalecencia.
En Líbano, donde ayer milicianos derechistas cristianos atacaron la plaza fuerte palestina de la ciudad de Nabatieh, al sur, el presidente Elias Sarkis se dirigió al país por televisión para exponer la posición libanesa no sólo de rechazo a la cumbre de Camp David, sino a cualquier plan de paz que lleve al asentamiento permanente de los palestinos en el Líbano.
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