Mozambique o el Africa socialista

Campañas de alfabetización, de «estructuración» del partido, de vigilancia... A los tres años de haber alcanzado su independencia todo Mozambique vive a la hora de las campañas. Seis millones de personas son invitadas diariamente a movilizarse para remdiar los males que aquejan al país: éxodo de técnicos, falta dé una infraestructura industrial, agricultura en estado embrionario, burocratización...la lista sería larga.En el centro de Maputo, la principal cafetería ha vuelto a abrir estos días sus puertas después del atentado sufrido el pasado 25 de julio cuando una bomba instalada por manos desconocidas causó heridas a cincuenta personas. La burguesía autóctona, los «inadaptados y comprometidos» con el anterior régimen colonial, caricaturizados en la prensa con la imagen del «xiconhoca», individuo repelente y disconforme con todo, siempre presto a la crítica, es una realidad. Y, sin embargo, el visitante queda rápidamente desarmado ante la impresión de tranquilidad que se observa por doquier.

Maputo es una de las pocas ciudades africanas donde es posible pasearse a pie a las tres de la madrugada sin sufrir el menor incidente ni ver a un miliciano o un soldado: bancos, tiendas, almacenes, se encuentran tan iluminados y sin guardia aparente como idénticas dependencias de Madrid, París o Ginebra, y un eficiente servicio de recogida de basuras convierte a la capital de Mozambique en una urbe prodigiosamente limpia. Todo esto, que probablemente tiene escaso valor en una ciudad occidental, es aquí irreal. inesperado y, sin duda, la mejor credencial que puede atribuirse a una sociedad en búsqueda de una vía propia de desarrollo en función de sus opciones políticas.

En Mozambique todos los caminos conducen al Frelimo. El Frente de Liberación de Mozambique, formación marxista fundada en junio de 1962 por un grupo de nacionalistas dirigidos por un funcionario mozambiqueño de la ONU, Eduardo Mondlane, no ha sufrido hasta ahora rivalidades notorias. Gracias a esa estabilidad, la independencia del país se efectuó el 25 de Junio de 1975 sin las convulsiones angoleñas. aunque con anterioridad se habían producido varias tentativas de escisión en las filas de ese partido.

Implantado en las diversas etnias mozambiqueñas, macondes, maraves, chonas, tsongas, etcétera, el Frelimo contó desde el comienzo con la ventaja de poder limitar la incidencia del factor tribal y recibir el aporte de dos precedentes organizaciones multirraciales, la Udenamo y el Manu, fundadas en 1960.

En septiembre de 1962, tras quedar instalada su dirección política en Dar-es-Salaam, luego de una breve estancia en Rabat., fue separada de la misma el primer grupo de disidentes que no aprobaban el inicio, a gran escala, de la guerrilla, en la provincia de Cabo Delgado, fronteriza con Tanzania.

Las divergencias sobre estrategia y tácticas militares desembocaron en una nueva escisión, en .1968, patentizada a través del grupo dirigido por Lázaro Nkavandame, que preconizaba un ataque suicida contra la guarnición militar portuguesa de Mueda y el inicio de actos terroristas en los centros urbanos, a lo que se oponía la dirección política.

Celebrado en la localidad de Matchedje, considerada como zona liberada, el segundo- congreso del Frelimo aprobó, en julio de 1968, la tesis de «guerra popular prolongada». Nkavandame fue cesado del comité ejecutivo, a comienzos de 1969, por sospecharse su implicación en el asesinato del jefe adjunto de la guerrilla, Samuel Kankhomba, en una emboscada.

Un mes más tarde el propio Mondlane perdió la vida al abrir un libro que contenía una poderosa carga explosiva, preparada, según la confesión de sus autores, por la Policía Internacional Portuguesa (PIDE). Sustituido por Uria Simango, este último fue irnplicado en el atentado y cesado, a su vez, en abril de ese mismo año. La eliminación del tandem Nkavandame-Simango dará paso al remozamiento de las estructuras del Frelimo y la aparición destacada de Samora Machel, quien en 1962 no figuraba entre los principales cargos del partido, en el momento de su creación, ocupados respectivamente por Mondlane, Simango y David Mabunda.

Armados por China

El Frelimo de los primeros meses de 1970 es ya una poderosa organización político-militar entrenada y armada por China y Corea del Norte (la Unión Soviética se manifestará mucho más tarde) capaz de dislocar al Ejército portugués cuando éste organiza con gran despliegue de medios logísticos una ofensiva general hacia Cabo Delgado y las demás zonas donde los guerrilleros se habían sólidamente implantado, en la llamada «Operación Gordío». Los 35.000 soldados portugueses de 1964 se han convertido en 70.000 en 1967 y son más de 90.000 en mayo de 1970 al iniciarse la ofensiva.

En noviembre de 1972 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adopta la resolución 322 que condena a Portugal y exige la apertura de negociaciones entre Lisboa y los nacionalistas. El 25 de abril de 1974 es derrocado Marcelo Caetano...

Las conversaciones entre el nuevo Gobierno portugués y el Frelimo se inician en Lusaka el 5 de junio de 1974, y el 7 de septiembre, en la propia capital de Zambia, es firmado el acuerdo sobre la independencia de Mozambique.

La nacionalización de los sectores de la educación, salud, justicia y vivienda forma parte de las primeras medidas adoptadas por la República Popular de Mozambique al ser declarada en 1975. En esos instantes el éxodo de portugueses ha alcanzado un ritmo elevado: más de veinte empresas son abandonadas cada día por sus propietarios y el transporte, la alimentación y los servicios generales se encuentran casi totalmente desorganizados, a lo que hay que añadir el hecho de que el país nace con la pesada carga de más del 90% de analfabetos.

La opción política que se ha atribuido el actual régimen de Mozambique no deja lugar a dudas sobre las profundas transformaciones a venir en el marco sociológico: un gigantesco trabajo de educación ideológica ha sido iniciado a nivel nacional para explicar el sentido del paso a la democracia popular, y la propia, Constitución elaborada en el momento de la independencia será reformada para incluir una más precisa definición de los órganos de poder popular y sus respectivas atribuciones.

Calcado del modelo cubano, los «grupos de vigilancia revolucionaria» comienzan a ser constituidos en fábricas y locales de residencia. En la provincia de Maputo han sido encuadradas en ellos cerca de 17.000 personas. Por el momento, esta estructura no ha adquirido proporciones tentaculares ni atribuciones policíacas.