Incertidumbre ante las dos primeras votaciones

A las 12.02 de la mañana de ayer la chimenea de la capilla Sixtina, con una primera fumata negra, anunció que aún no había Papa después de las dos primeras votaciones. El primer hilo de humo negrísimo llegó, sorprendiendo a los mismos periodistas, con una hora de anticipación. La misma Radio Vaticano acababa de anunciar que no habría fumata antes de la una de la tarde. De hecho, los primeros que se dieron cuenta fueron un grupo de los miles de turistas y curiosos que bajo un sol tórrido estaban en la plaza.Después de algunos minutos de humo negro empezó a salir de la chimenea humo blanco. Fue un momento de perplejidad y de nerviosismo periodístico, ya que las agencias de todo el mundo estaban ya transmitiendo por teléfono que la fumata era negra. Pero la respuesta oficial del Vaticano vino inmediatamente a calmar los ánimos: «Es negra», y añadió el portavoz vaticano: «Se trata de una sola fumata que es el resultado de las dos primeras votaciones.»

Lo que no se sabe es por qué, a pesar de las candelas químicas anadidas de las papeletas de las votaciones, no funcionó todo bien. Parece ser que la larga trayectoria que tiene que hacer el humo para salir de la estufa de la capilla Sixtina hasta la chimenea, con tres curvas, puede crear fallos, aunque la prueba que se había hecho antes del cónclave resultó perfecta. Alguien lo resolvió diciendo que es la primera indicación del Espíritu Santo de que todo sería rápido.

Lo único cierto después de las dos primeras fumatas negras fue que la elección del Papa no se llevó a cabo, como podría ser según el Derecho canónico, ni por aclamación ni por inspiración divina, y también que, como había confirmado la tan criticada prensa mundial, los cardenales entraron en el cónclave sin una solución clara por lo que se refiere al nombre de un candidato claro.

Las indiscreciones de las últimas horas confirmaron que los cardenales se preparaban a elegir un Papa que. por lo menos, siguiera la línea del Conejilo sin volver hacia atrás. Muy iniportante la noticia de una reunión secreta en San Luis de los Franceses, donde se hospedaban los cardenales de Francla. Se reunicron los cardenales Renard, de Lion; Marty, de París, y Gouyon, de Rennes. Único invitado: el cardenal Tarancón. Juntos acordaron encauzar los votos de los más avanzados hacia el cardenal brasileño Arns, uno de los más evangélicos de América Latina. Fue el candidato en los días pasados del mayor teólogo internacional, Ives Congar. Es el oran amigo de Helder Cámara. Le habían asegurado el voto Alfrink, Suenens, Koenig y el famoso benedictino Hume. Tarancón fue el encargado de sondear a los electores suramericanos. Según las indiscreciones recogidas, Tarancón aseguró que lo votarían como mínimo ocho cardenales de América Latina. Esta votación, que podría recoger inmediatamente más de veinte votos, podría ser simbólica de la unión de los progresistas y del tipo de Papa que deseaban, ya que Arns es un franciscano de los más jóvenes del cónclave, 57 años, y de los más intransigentes con los regímenes dictatoriales y, al mismo tiempo, de los más radicales en las reformas internas de la Iglesia y con una gran visión del Tercer Mundo.