Difíciles caminos para los ingenieros

Con fecha 5 del actual he leído en su diario una carta titulada «Ingeniero de Caminos en paro». Esto me ha animado a escribirle, no sólo para adherirme a su voz de alarma, sino para aportar alguna experiencia sobre el caso.Aparte del círculo vicioso y demás datos referidos en la misma, creo que hay otra serie de cuestiones que había que señalar. Como guía basta leer una oferta de trabajo, en la que se ponen unos límites de edad, unos conocimientos en una materia que sale de los propios estudios exigidos, el dominio de un idioma (preferentemente inglés), etcétera.

Sobre esta última cuestión, no es que no la comprenda, pero si es tan fundamental corno sabemos, ¿por qué durante el período de estudios y en la propia escuela o facultad no se le da la importancia que tiene? Quizá lo que se pretende es que se vaya a alguno de los centros especializados (la mayoría privados), con el consiguiente gasto económico y de tiempo extra, que como decía mi compañero se necesita para trabajar por otro lado ya que los que más sufrimos el paro procedemos de la clase humilde.

Surge además otro problema con la Administración Central, ya que ésta en vez de favorecer para la consecución del primer empleo, sólo se entretiene en poner pegas. Un ejemplo claro se puede ver en lo que respecta a la enseñanza, sobre todo en lo que se refiere a la contratación de profesores interinos, pues aún no he comprendido muy bien el proceso que se sigue en el MEC. Así, en la Delegación de Madrid se informa de que las instancias irán dirigidas a los directores de institutos en los que se quiera trabajar; pero ya se sabe que en la mayor parte de los casos esto es indiferente, por lo que habrá de dirigir como mínimo treinta instancias (sólo en la capital). Si además resulta que tampoco importa el lugar de residencia, entonces la cosa es demasiado complicada.

Creo que lo más lógico sería que los directores hiciesen sus peticiones (en número) y éstas a través de un baremo justo se dieran salida, que es lo que entendía que se hacia antes, aunque en realidad los que «cortaban el bacalao» eran los propios directores que daban los nombres que ellos querían a la Delegación.

Si nos metemos en el campo de las oposiciones; por una parte tenemos las «restringidas», que chocan con lo que decíamos antes, ya que para presentarse a ellas hay que estar dentro del sistema. En cuanto a las otras tienen el inconveniente de que exigen un cursillo de capacitación antes de presentarse, cuya matrícula me parece que asciende a 10.500 pesetas y dura seis meses, durante los cuales se hacen unas prácticas de enseñanza (sin cobrar, al contrario que los profesores de EGB).

En este caso opino que los cursillos podrían hacerse después de aprobar las oposiciones, ya que en caso contrario no servirán para nada con lo que se pierde tiempo y dinero, lo que va en contra de las clases más bajas. Se me podría alegar que el que no aprueba e¡ cursillo es que no está capacitado para la enseñanza, pero en este caso, quién me puede afirmar que es efectivo. pues todos sabemos que una «firma» es bastante fácil de conseguir cuando de compañeros y de trabajo se trata.

En cuestión de empresas le vuelven a uno loco porque el camino que hay que seguir es largo y penoso. En primer lugar hay que enterarse del anuncio, después habrá que hacer el papeleo y enviarlo, en una tercera fase (si llega uno a ella), se le llama para una entrevista o para hacer unas pruebas, lo que a veces exige un desplazamiento: y por fin si hay suerte se recibe una carta que te dice que eres «fabuloso» pero que las exigencias de la empresa no dan para más. En algunos casos se da la coincidencia de que el puesto ya está cubierto antes de que se hagan las pruebas. pues para eso está el familiar de algún amigo de la directiva. Por eso lo del anuncio no está muy claro: supongo que serán exigencias oficiales.

Por último, para aclarar confusiones, diré que soy licenciado en Ciencias Matemáticas (ramas de Estadística e Investigación Operativa), que llevo solicitando plaza de interino en la Delegación de Madrid y en otras provincias desde que tengo el título, en el año 76. También he solicitado trabajo en bastantes empresas.