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Se concluyó ayer un acuerdo para descolonizar Namibia

Las Naciones Unidas supervisarán política y militarmente el proceso de descolonización de Namibia, territorio del Africa Austral situado entre Angola y la República de Africa del Sur, según el acuerdo logrado ayer en Luanda entre los representantes de las cinco potencias occidentales,miembros del consejo de seguridad de la ONU, y el SWAPO, principal grupo nacionalista de Namibia.

Las negociaciones celebradas en la capital de Angola concluyeron satisfactoriamente, en opinión del embajador francés ante la ONU, quien participó en las mismas junto a otros altos funcionarios de Estados Unidos, Canadá, Alemania e Inglaterra, debido a que las dos partes «mostraron su buena voluntad», lo que traducido al lenguaje común significaría que tanto el SWAPO como los países occidentales han realizado diversas concesiones al plan original presentado por estos últimos.

La organización nacionalista que dirige el líder de la etnia Owambo Sam Nujoma, ha aceptado la presencia de efectivos militares surafricanos en número no superior a los 1.500 hombres, durante la celebración de las elecciones que deben seleccionar a los integrantes del futuro parlamento multiracial de Windhoek antes de Fines del presente año. Al propio tiempo la SWAPO ha logrado que la ONU se comprometa, a través de su consejo de Seguridad, al envío de 5.000 «cascos azules» y mil funcionarios civiles que supervisarán el proceso electoral. Las potencias occidentales se han comprometido también a garantizar que el puerto de Walvis-Bay no se transforme en un enclave surafricano.

Dudas de Suráfrica

El Gobierno surafricano ha reaccionado tímidamente al acuerdo de Luanda, expresando sus dudas acerca de la capacidad de la ONU para controlar la transferencia de poderes a la mayoría africana y evitar que Namibia se convierta en otra Angola. El ministro de Justicia surafricano, P. W. Botha, afirmó ayer que su país aceptaba «en lo esencial» el plan occidental, especificando que las condiciones de las potencias occidentales para la retirada de las tropas surafricanas de Namibia ya han sido aprobadas por Pretoria.La preocupación de los observadores políticos estacionados en Lusaka se dirige a conocer hasta dónde el SWAPO ha sido presionado por la Unión Soviética para aceptar el principio de una negociación que rechazaba de plano hace sólo dos meses. Otra incógnita es la voluntad de los guerrilleros de congelar sus operaciones militares en Namibia y practicar un «alto el fuego» que, según los términos del plan occidental, incluye la inmovilización de las fuerzas del SWAPO en sus bases hasta la proclamación de los resultados de las elecciones.

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