"La izquierda, en desventaja"
Entre los observadores destacados a la capital boliviana se encuentra el español Guillermo Galeote, que asiste a las elecciones en calidad de observador de la Internacional Socialista y del Partido Socialista Obrero Español. Galeote estuvo ya el mes pasado en, Bolivia. -Se trata de una situación compleja -manifestó el diputado socialista. a EL PAIS poco antes de emprender viaje a la capital del país altiplano- Estas son unas elecciones que convoca el propio régimen que ha ostentado,el poder absoluto durante los últimos siete años. La presencia de un candidato oficial -el general Juan Pereda, ministro.del Interior con Hugo Banzer-, que cuenta con todos los medios del aparato del Estado, configura una situación de clara desventaja para la oposición, que -señala Galeote- ha sufrido la marginación en la televisión boliviana, totalmente volcada sobre el candidato oficial. Hay también un ambiente de coacción vigente, sobre todo para la izquierda.
El fantasma del fraude está presente, las denuncias de irregularidades son continuas, Poniendo, en consecuencia, en peligro al proceso en cuanto a su propia legitimidad -prosigue el diputado del PSOE- Respecto a las posibilidades que tiene la oposición en estos comicios -añade-, apesar de los condicionamientos que antes ya he descrito, creo que la oposición puede lograr una votación importante, especialmente la Unidad Democrática y Popular (UDP), porclue Hernán Siles Zuazo, su candidato, es un hombre que goza de una gran popularidad, y la conjunción de partidos que conforman la UDP estructura una combinación bastante buena. En un marco de estabilidad política, donde las libertades se respeten, este frente político -dentro de dos o tres años- estará en condiciones de acceder al poder.
-¿Tiene el Partido Socialista una política concreta de cara a estos procesos que se desarrollan en América Latina? -Bueno, nosotros entendemos que hay una, en estos momentos, por parte de Estados Unidos. Ert función de esa política se busca que los regímenes dictatoriales de Latinoamérica desaparezcan y sean sustituidos por otros, que den una impresión democrática al exterior. Este será un proceso tremendamente controlado, porque se buscará que, con la apariencia de la democratización, el poder quede en las mismas manos.
Por tanto, nosotros pensamos que en ese carnino que se abre se puede, en un tiempo, conseguir no sólo que la democracia sea efectiva, sino también que cambie de manos el poder. Es decir, que éste es un camino aprovechable, un camino que se debe forzar hasta el límite; nuestra actividad en este proceso -concluye Galeote- es de apoyo a las opciones progresistas latinoamericanas.
