La bancarrota se cierne sobre el fútbol
La Asamblea General del Fútbol, señalada para el 21 de este mes, ha despertado inusitado interés después de la actuación de España en el Campeonato del Mundo de Argentina. Se trata de la cita más importante a nivel decisorio sobre las estructuras de este deporte. De todos modos, el presidente de la Federación marcará la pauta a seguir. Y así lo dará a conocer en las próximas reuniones que mantendrá con los presidentes de federaciones regionales y con los de clubs, así como con los gerentes de Primera División. Se trata de la primera ocasión que Palo Porta se reúne con estos verdaderos ejecutivos del fútbol.Estas reuniones, previstas como preparatorias de la asamblea general, en la práctica se convierten en sesiones de trabajo en las que Pablo Porta adelanta en qué consistirá aquélla. De hecho la asamblea general se convierte en una reunión en la que los asistentes a la misma se limitan al sí o al no.
El tema de los jugadores extranjeros, decisivo para el futuro del fútbol nacional si tenemos en cuenta que el próximo Campeonato del Mundo se celebrará en España, está ya decidido. Favorece a los intereses de los clubs. Por eso les convendría no hablar de este asunto. A partir de la temporada 1979-80 cada club no podrá contar con más de dos jugadores que no estén en condiciones de jugar en el equipo nacional.
Al mismo tiempo existe el problema de los jugadores nacionalizados. Sus derechos adquiridos como españoles no permitían prohibirles ejercer su profesión en nuestro país. El presidente de la Federación explicó que en esa situación se encontrarían aquellos jugadores que adquirieron la doble nacionalidad antes de que se adoptara la decisión que entrará en vigor a partir de la temporada 1979-80. La ley decidirá.
Pero los. problemas económicos serán los que más se dejen sentir en la asamblea general. Los clubs saben que las reivindicaciones laborales presentadas por los jugadores en su demanda de conflicto colectivo les afectarán no demasiado tarde. Las arcas de los clubs se verán recargadas de una mayor rigurosidad de los impuestos fiscales; de la Seguridad Social y la intervención de los jugadores en sus traspasos con mayores porcentajes a su favor. Los clubs, ante esta situación, quieren sacar dinero de donde sea.
Los gerentes serán decisivos
Los gerentes pretenden la totalidad de los ingresos de los partidos internacionales, con un porcentaje sobre el número de jugadores que aporten al equipo nacional. Se intentó sin éxito entrevistarse con el ministro de Hacienda para que se concediese a los clubs un trato especial de impuestos fiscales. La entrevista no se ha llevado a cabo La Seguridad Social de los futbolistas amenaza a los clubs con varios millones de pesetas por temporada. Los clubs de Primera deberán pagar cerca de ocho millones de pesetas, y los de Tercera, cinco. Se trata de cifras bastante elevadas, sobre todo para los clubs más débiles, que vienen a suponer una tercera parte de su presupuesto anual. La bancarrota económica se cierne sobre el fútbol si no se adoptan medidas para evitarlo.
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