Acuerdo para ampliar los participantes en la conferencia de desarme

Un acuerdo para ampliar el número de naciones participantes en la conferencia de desarme de Ginebra y para terminar con el papel preponderante desempeñado en la misma por Estados Unidos y la Unión Soviética, es por el momento el único resultado de importancia de la sesión especial sobre desarme de la Asamblea General de la ONU que se clausura hoy en Nueva York.

Después de cinco semanas de discusiones, la asamblea sobre desarme de las Naciones Unidas tuvo que ser prolongada por 48 horas, ante la imposibilidad de llegar a una declaración de principios con la que estuvieran de acuerdo los 149 países participantes. En los últimos días, las conversaciones se extendieron hasta altas horas de la madrugada, y continuaron a lo largo de todo el día de ayer, víspera de la clausura de la sesión especial.El acuerdo sobre la conferencia de desarme de Ginebra, que ha sido el foro internacional más importante para tratar este problema durante los últimos quince años, consiste, por una parte, en la ampliación a 37 del número de países miembros, en vez de los 31 que formaban hasta ahora la conferencia. Presumiblemente. los nuevos miembros pertenecerán al Tercer Mundo y se habla incluso de Argelia y Cuba como dos de los principales candidatos.

La segunda parte del acuerdo se refiere a la modificación de la estructura de la conferencia, de tal modo que Estados Unidos y la Unión Soviética dejan de actuar como co-presidentes de la misma. El monopolio de los dos grandes en la conferencia de desarme fue el principal motivo alegado por Francia, cuando decidió boicotear la conferencia de Ginebra, hace más de diez años.

A propuesta francesa, cuatro de las potencias atómicas llegaron a este acuerdo en la madrugada del jueves. Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia y Gran Bretaña dieron también que siga utilizándose el sistema de consenso, y no de votación, en la conferencia de desarme de Ginebra.

La República Popular China sigue siendo la gran ausente del « club nuclear» en las conversaciones sobre desarme, y aunque la postura oficial de Pekín sigue siendo opuesta a tales negociaciones, algunos observadores creen haber detectado un mayor interés en los últimos tiempos. No parece probable, sin embargo que China acceda a participar en la conferencia de Ginebra.

La proliferación atómica continuaba siendo ayer uno de los temas más polémicos que dificultan la redacción definitiva de un documento final que resuma las negociaciones de la sesión especial de la Asamblea General de la ONU. Las grandes potencias acudieron sin demasiado interés a esta reunión, mientras que los países del Tercer Mundo han hecho oír sus voces en términos duros la mayor parte de las ocasiones. Tanto Estados Unidos, como la Unión Soviética parecen, en el terreno del desarme, más interesados en resolver sus problemas bilaterales a través de las conversaciones sobre limitación de armas estratégicas (SALT) que a debitir estos problemas en un foro internacional.

Es esta la segunda vez en lo que va de siglo que la mayoría de las naciones del mundo se reúnen para estudiar el problema del armaniento, que cuesta 400.000 millones de dólares anuales. La primera reunión, que resultó un completo fracaso, tuvo lugar en Ginebra en 1932. No se espera que la sesión especial que finaliza hoy, viernes tenga mejores resultados.