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La DC italiana, bien situada para la elección de presidente

Juan Arias

En vísperas de la elección del nuevo presidente de la República, la última consulta electoral en las regiones de Friuli, Venecia-Juliana y valle de Aosta fue un timbre de alarma para los partidos históricos y, sobre todo, para los partidos de la izquierda tradicional. La gran victoria de las listas «autonomistas» locales, que en algunas ciudades como Trieste obtuvieron la mayoría relativa de votos, está siendo interpretada como un nuevo «gesto de protesta» contra la política nacional.

Junto con esta victoria, que tiene sus motivos bien precisos, como el descontento en Trieste contra el tratado de Osimo, las otras dos grandes sorpresas de estas elecciones fueron la reafirmación de la Democracia Cristiana, a pesar de tantos escándalos, sobre todo en la población del Friuli, víctima del terremoto y del mal gobierno, y la derrota de los socialistas, que han perdido más de la mitad de los votos, tanto en las regionales como en las municipales.

Los comunistas han mantenido su electorado en relación con las últimas administrativas, pero perdieron varios puntos por lo que se refiere a las elecciones generales. Se puede decir que después de 1976, el PCI no ha logrado aún, en ninguna elección, alcanzar los votos de entonces.

Unido a estos resultados es preciso destacar el aumento de la llamada Nueva Izquierda de Democracia Proletaria y del Manifiesto: en algunas zonas los republicanos han alcanzado más votos que los liberales. Lo mismo sucedió con los radicales, que donde se presentaron han doblado los votos de las últimas elecciones políticas generales.

Todo esto demuestra, junto con la pérdidade la ultraderecha, que parte del electorado conservador prefiere, a pesar de todo, seguir votando por la Democracia Cristiana, mientras la parte más progresista, desilusionada con la política demasiado prudente de comunistas y socialistas, prefiere votar a la nueva oposición de Izquierdas y a los «utópicos» radicales.

Difícil búsqueda de candidato

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En este clima, la búsqueda de un candidato para la presidencia de la República se hace aún más difícil. Por el momento, la izquierda está de acuerdo en votar a un socialista, pero el PCI insiste que debe ser un candidato que pueda ser aceptado por la DC. Pero el problema no es fácil. La DC se siente cada día más apoyada. por el electorado. ¿Renunciará a colocar uno de sus hombres en un puesto tan delicado? Oficialmente, el partido de Zaccagnini anunció ayer que no desea un «enfrentamiento», pero los comentaristas políticos dudan que la DC, en este momento, pueda aceptar con facilidad un candidato socialista que no le dé el máximo de garantías.

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