El lcona emprende un plan de lucha contra la erosión del suelo

El estudio y control de los fenómenos erosivos en la vertiente mediterránea son los objetivos de un plan de actuación, elaborado por el lcona, que fue presentado ayer ante los medios informativos.El primero de estos puntos comprende la determinación de daños por erosión y el estudio de las variables de cálculo para los proyectos concretos de defensa. El segundo, ordenación agrohidrológica de cuencas, incluidas en la vertiente mediterránea, supone la sensibilización de la población para que colabore en la selección de posibles alternativas y en la conservación y aprovechamiento de las obras que se realicen.

La restauración hidrológico-forestal prevista corresponde a la ejecución de proyectos ya aprobado o en estudio, que incluyen acciones de repoblación forestal (dos millones de hectáreas), conservación de suelos agrícolas (371.200 hectáreas), conservación, mejora e implantación de pastizales (344.000 hectáreas), obras de corrección de cauces (diez millones de metros cúbicos) y defensa de márgenes de ríos y arroyos.

El costo previsto para este programa se eleva a casi 100.000 millones de pesetas. Los responsables de este proyecto manifestaron, durante la presentación del mismo, que esta inversión, además de necesaria y urgente para frenar el proceso de erosión de la vertiente mediterránea, servirá para mitigar el paro obrero

La erosión del suelo es un problema que ha sido descuidado durante siglos. La conferencia internacional sobre desertización, organizada en 1976 por la ONU en Nairobi, dio la alarma sobre el avanzado grado de erosión de algunos países. España fue incluida en la lista de países en peligro de convertirse en estériles. Un 25% de los cincuenta millones de hectáreas de nuestro país sufre fenómenos graves de erosión.

Por otro lado, donde existe una zona fuertemente erosionada, las defensas ante las inundaciones es mínima. Las inundaciones del sureste de España en octubre de 1973 -doscientos muertos, 8.000 millones de pérdidas en la agricultura y más de mil millones en obras de infraestructura- demostraron que en aquellas comarcas donde se habían realizado obras contra la erosión no se produjeron estas catástrofes.