Mujeres libres, mujeres solas

Hace ya dieciséis años que esta sorprendente escritora que es Doris Lessing publicó su Cuaderno dorado, lleno de claves de conflictos humanos que se yuxtaponen para fundirse en uno solo. El libro mereció en 1976 el premio Médicis, con el que se galardonaba una novela feminista con una altura conceptual y humana poco común. Ahora acaba de ser editado en nuestro país, en una traducción no del todo ventajosa para el texto, este cuaderno de notas, de recuerdos de múltiples experiencias de mujer, de esta novelista persa.La composición laberíntica del texto donde se funden una novela autónoma para ser leída incluso independientemente del resto del libro Mujeres libres, y la reproducción de los cuatro cuadernos de notas de Anna Wulf, contribuye a prestarle una visión integral del mundo femenino desde diversos ángulos.

La soledad de Anna Wulf, intelectual, escritora que al comienzo de su madurez, desmitificados ya todos los mitos del amor, la entrega, la lucha política, seenfrenta a solas consigo misma con un sentimiento desvalido y patético, se contrapone a la personalidad vitalista y cálida de Molly, la actriz madre de un hijo que la convierte finalmente en su prisionera.

Historia de mujeres resbalando por el mundo confuso del amor, luchando por su independencia Y al mismo tiempo frágiles y pequeñas al margen de los hombres. Ni Julia, ni Ella, ni Molly, ni la propia Anna, el personaje más acabado y conmovedor, encuentran el apoyo de un hombre al que asirse, en primer lugar porque han rechazado desde un principio su papel tradicional de mujeres, o por lo menos, un papel de mujeres seudoemancipadas medianamente soportable.

Hay en este Cuaderno dorado recuerdos de la propia escritora, nacida en Persia y cuya vida transcurrió en Rodesia e Inglaterra, donde actualmente reside. Sus personajes repiten los conflictos de la intelectualidad comunista inglesa de los años cincuenta, las controversias que produjo la muerte de Stalin en el 53, el dogmatismo hueco de la vida partidaria y al mismo tiempo el sentimiento de no poder hacer nada al margen de las organizaciones.

La imposibilidad de engañarse con nada, de sumergirse en un papel de madre ejemplar, de encontrar nuevamente los mecanismos de regreso al pasado, al entusiasmó, a la emoción sexual, hacen de Anna Wulf un personaje tan atormentado como lúcido. No encontrará más hombres de los ya desbordados por el propio proceso evolutivo de su vida, sino niños, semihomosexuales, homosexuales. Perdida en la maraña de sus recuerdos se busca y reasume su identidad de ser humano. más allá de una imagen de mujer madura, de niña, de madre, de esposa, de amante y de escritora.

En ella está vivo el sentimiento cálido de una mujer ante las cosas, los acontecimientos mínimos de una vida. Su batalla cotidiana contra las imposiciones externas de una educación que nadie percibe la convierten día a día en el resumen más claro, más auténtico de o femenino.

Doris Lessing, que sorprendió a la crítica literaria inglesa con la aparición de su primera novela Canta hierba, nos sorprende ahora a los lectores españoles con este grueso tratado del amor, las relaciones, la comunicación humana y la vida desde un punto de vista feminista.