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Los laboristas israelíes discuten la formación de un Gobierno minoritario

El ex ministro de Defensa y presidente del Partido Laborista, Simon Peres, declaró el jueves que es posible que tengan lugar importantes acontecimientos en Israel antes del domingo próximo, incluyendo, quizá, la dimisión del primer ministro, Menahem Begin.

En el transcurso de una consulta que reunió en casa del ex ministro de Asuntos Exteriores, Abba Eban, a varios dirigentes del Partido Laborista israelí, se afirma que éstos se proponen, tal vez prematuramente, la constitución de un Gobierno minoritario basado sobre una coalición laboristas-partido religioso, que estaría apoyada por cuatro diputados de izquierda y se beneficiaría de la abstención de los quince diputados del DASH, que cuenta hoy con cuatro ministros en el Gobierno.Un tal Gobierno minoritario, piensan los estrategas del laborismo, podría movilizar hasta 59 diputados de los 120 con que cuenta el Parlamento israelí. En los medios del partido Likud, por el contrario, se estima que los laboristas van demasiado aprisa, y que «han vendido la piel del oso antes de matarlo». Para ellos es muy posible que el primer ministro, Begin, encuentre una solución a la grave crisis actual.

La crisis se originó la semana pasada, en torno a la respuesta a dar al memorándum presentado por Washington sobre el futuro de los territorios ocupados. Washington quiere saber cómo se propone Israel hacer frente al estatuto definitivo de Cisjordania y Gaza al cabo de los cinco años de período autonómico previstos en el plan de solución de Begin. Es decir, Estados Unidos quiere saber cuál será el futuro político de esos territorios hoy ocupados por Israel y de qué manera piensa el Gobierno israelí hacer participar a la población palestina en la determinación de su futuro, dado que Israel rechaza el referéndum propuesto por americanos y egipcios.

De acuerdo con Alfred Atherton, embajador viajero de Estados Unidos para Oriente Próximo, las respuestas que se esperan de Israel «ofrecen quizá la única oportunidad de reactivar las conversaciones israelo-egipcias». El ministro de la Guerra egipcio ha dicho, por su parte, que Egipto se contentaría con una declaración de intenciones de parte de Israel, «y las negociaciones se reanudarían inmediatamente». "

El problema es saber si el primer ministro Begin podrá dar las respuestas que Estados Unidos, Egipto y, prácticamente, el mundo entero esperan de él, sin renegar de sí mismo y sin renunciar a sus principios ideológicos. «Es hora de cambiar de dirección y buscar el relevo, afirmaba ayer en grandes titulares el diario independiente Haaretz.

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Por su parte, dice el periódico laborista Davar: « La cuestión no es encontrar una fórmula para salvar al Gobierno, sino formular una política que pueda salvar las negociaciones de paz. »

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