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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mafia blanca

Jacques Rouffio, habitual guionista y productor, toma en esta ocasión sobre, sus hombros la responsabilidad de dirigir por segunda vez tras su buen filme titulado L'Horizon, condenado por supuesto antimilitarismo hace ya doce años. Esta vez se ha servido de la novela que da título a la pelicula y que se refiere a un suceso recogido por la prensa francesa en su tiempo. La anécdota es, por tanto, real, al igual que sus verdugos y sus víctimas profesionales y especuladores en el mar proceloso y no claro siempre de la medicina privada.A Georges Conchon, autor del libro, le llamó la atención cierto día el hecho de que dos profesionales de la cirugia se suicidaran en parecidas circunstancias con diez años de intervalo. Uno, joven, ambicioso y brillante; el otro, modesto, venido de las colonias, dispuesto a abrirse paso en la metrópoli. Los dos eran sabios, sinceros, justos; tan sólo cometieron un error: intentar invadir el coto cerrado de otro médico mayor, decano de la zona, cabeza de un auténtico clan capaz de controlar en su departamento las pingües ganancias de sus pacientes y sus enfermedades.

Siete muertos por prescripción facultativa

Dirección: Jacues Rouffio. Intérpretes: Charles Vanel, Michel Piccoli, Gerard Depardieu, Matina Vlady, Jane Birkin, Michel Auclair. Francia. Dramática, 1975. Local de estreno: Roxy B.

El filme nos cuenta cómo esta mafia especial patriarcal y familiar va pasando de la simple advertencia a la amenaza, de las campanas de desprestigio al riesgo de la vida, siempre en nombre del bien común, de la salud, de los derechos y deberes impuestos por la ciencia encargada de la salud del cuerpo. Cuando el médico víctima de tales presiones está a punto de poner fin a su vida, descubre justamente el caso de un colega muy parecido al suyo, y con la ayuda de un comisario acaba por encontrar la razón de sus problemas, que inevitablemente acabarán llevándole hasta una solución similar a la de su compañero.

Lo más importante del Filme no es su ataque a cierto tipo de medicina mercantil, sino que, como en cierto tipo de relatos, su historia va más allá de los límites puramente profesionales para convertirse, apuntando a la violencia ejercida por los hombres contra los mismos hombres, en la lucha por el poder a costa de la vocación y la vida de los demás, incluso de compañeros y pacientes. La oposición, cuando no la persecución sistemática llevada a cabo por tales clanes contra todo aquel que lucha a solas, de modo independiente, trasciende así a cualquier otro estamento de la vida desde este agudo cuadro provinciano. En esta crónica negra y social se incluye también, aparte de unos perfiles psicológicos certeros, un montaje que hace aún más claro en su paralelismo el sentido definitivo de la anécdota.

Tres actores evidencian la categoría del cine francés en lo que a generaciones se refiere. Charles Vanel es el temible patriarca. Michel Piecoli y Gerard Depardieu son sus víctimas, junto a una eterna Marina VIady y Jane Birkin que dan carne y sentido a una historia que en su día sólo ganó los titulares apresurados de los diarios, con diez años de diferencia, y que hoy nos llega unida y vertebrada, contada con sobriedad y arte.

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