Ultimátun del Ayuntamiento de Bilbao a la Administración

El Ayuntamiento de Bilbao, por boca de su concejal José Luis Hormaechea, reiteró ayer en sesión plenaria su voluntad de dimitir para el próximo 15 de junio, dado que no se han cumplido las condiciones exigidas para continuar la gestión municipal: ni se han evitado las invasiones de sus locales ni se han arbitrado los ingresos necesarios para poder equilibrar el presupuesto del presente año.

Los gastos previstos, que se limitan al mantenimiento de los servicios actuales, sin ninguna partida extraordinaria, exceden a los ingresos en 1.500 millones de pesetas, que en opinión de los corporativos sólo pueden cubrirse con una ayuda estatal que no llega.

En el caso de que esta nivelación no se produzca, el señor Hormaechea anunció que la dimisión podría ser definitiva, pero no por la vía de la renuncia, sino por el abandono de funciones, ya que su gestión en ningún caso puede ser eficaz si no alcanza siquiera a poder aprobar un presupuesto.

Lo que parece fuera de toda duda es que el Ayuntamiento de Bilbao está abocado a la quiebra si no encuentra una ayuda que los actuales corporativos se reconocen incapacitados de conseguir por falta del necesario apoyo político. Socialistas y nacionalistas estarían dispuestos a sustituirles a pesar del complicado panorama financiero, pero otros partidos exigen primero una explicación detallada de la tesorería.