El autor teatral Carlos Gandolfo imparte un seminario con actores españoles
El director teatral argentino Carlos Gandolfo, conocido por su dirección de la obra El gran deschave (o La hora de la verdad) que acaba de finalizar una temporada en un local madrileño, realiza en estos días un seminario con un grupo de quince actores españoles en los locales del Instituto Alemán. El próximo 2 de mayo finaliza el seminario y Carlos Gandolfo regresará a Argentina, donde tiene en cartel su montaje de Encantada de conocerlos, de Oscar Viale.
Considerado como uno de los renovadores del teatro argentino, es la primera vez que Carlos Gandolfo comparte sus métodos de trabajo con actores españoles. La iniciativa de este seminario surgió del actor y director José Luis Gómez. De esta experiencia podría surgir. una mayor colaboración de cara a la próxima temporada. Al cursillo asisten, entre otros, Verónica Forqué, Joaquín Hinojosa, Isabel García Lorca, Jeanine Mestre, Eusebio Poncela, Tony Canal y Eusebio Lázaro, y presencian las clases los directores de cine Fernando Colomo, Jaime Chávarri, Álvaro Forqué, Pilar Miró y Josefina Molina.«Mi contacto con este grupo es muy estimulante -declaró a EL PAÍS Cargos Gandolfo- están muy receptivos, tal vez un poco peligrosamente abiertos a todas las experiencias foráneas y creo que tienen frente a sí un proyecto de vida muy interesante. En el actual momento crítico del teatro español, que he podido apreciar, es el momento de replantearse todo, desde la parte empresarial hasta los actores y la crítica. El público empieza a desinteresarse del teatro, pero los actores, jóvenes fundamentalmente, han empezado a inquietarse y a darse cuenta que no se puede seguir haciendo un teatro como el de ahora.»
El seminario desarrolla los puntos esenciales de la actuación. Tras una primera parte técnica, con ejercicios de relajamiento, se realizan escenas breves, que son grabadas en vídeo para señalar los problemas del actor. «En mis trabajos como director teatral y en mis cursos, me interesa esencialmente el actor. Me fui apartando de todo el aparato y mecánica de que se sirve el teatro, para centrarme en el actor, en la persona. Lo importante en el trabajo tal vez sea poner el acento en esa división que se produce entre el hombre y el actor que está sobre un escenario, donde se supone que hay una técnica que debe actuar independientemente de su organicidad. Hay que lograr un estado creativo, a través de un estado de relajación profundo, de una concentración y desarrollo de sus sentidos e imaginación. Como el actor se encuentra siempre en situaciones ficticias, debe descubrir esta capacidad de ser estimulado por la imaginación, lograr ser realmente estimulado y responder a estos estímulos.»
En su trabajo, Carlos Gandolfo parte de las propuestas del método de Stanislavski. «He estudiado mucho los problemas del actor, he trabajado con ellos hasta perder la voz. Con mis propias dificultades me he planteado una serie de preguntas que pongo sobre el escenario con una estética personal. Creo que Stanislavski es un gran desconocido; sólo se han publicado tres de sus ocho volúmenes. Fue el primero y tal vez el único que se enfrentó a los problemas reales del actor y señaló cómo desarrollar una estética teatral, lo que no ocurre con otros dramaturgos, como Craig o Brecht. Parte del funcionamiento del ser humano y propone al actor las posibilidades de usar mejor su cuerpo y su historia personal; despertar el inconsciente creador a partir de un trabajo consciente, sin climas rituales y mágicos. Todo esto, que es peligroso, requiere explorar la mente y los problemas del hombre, para después transmitir emociones increíbles.»
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