El ministro de Trabajo considera inoportuno el despido libre

Una interpelación sobre el paro formulada al Gobierno por el senador Abel Matutes, senador de Alianza Popular por Baleares, perteneciente al Grupo Mixto, dio ocasión a que se plantease en el Pleno del Senado, iniciado ayer, un amplio y contradictorio debate sobre este tema, en el que participaron los portavoces de varios grupos parlamentarios y el ministro de Trabajo.

El senador interpelante, que planteó la solución del problema del paro desde una óptica exclusivamente capitalista-liberal, con amplia referencia al despido libre como elemento capital de la economía social de mercado, fue contestado por los portavoces de los grupos Socialista, Vasco y Entesa dels Catalans, sin lograr tampoco la adhesión a sus puntos de vista del grupo de UCD y del ministro de Trabajo, señor Calvo Ortega.No sin cierta dosis de ironía, el senador Juan María Bandrés, del Grupo Vasco, tras aludir a la condición de banquero del senador señor Matutes, afirmó que éste, en vez de abordar el problema del paro, había metido de matute, en el orden del día, el problema del despido libre. La alusión irónica del señor Bandrés fue contestada por el senador de Alianza Popular por Baleares, afirmando que le hubiera gustado que se hubiese atacado más a sus argumentos que a su condición personal, hecha con mucho esfuerzo y trabajo. Por su parte, los diversos grupos parlamentarios intervinientes en el debate no desaprovecharon la ocasión para exponer las concretas y diferentes filosofías que subyacen en sus programas elaborados para combatir el paro.

El Pleno del Senado iniciado ayer, y que continuará hoy y mañana, debatió también tres preguntas formuladas por otros tantos senadores sobre el estado actual de los trámites para la elaboración del catálogo de parques nacionales, sobre funcionamiento de los servicios postales durante la pasada Semana Santa y en relación con las indemnizaciones que adeuda el Gobierno a los propietarios de tierras y viviendas afectados por la construcción de los accesos a Galicia. Entre los temas que han quedado por discutir en las sesiones de hoy y de mañana figuran una interpelación al Gobierno sobre la filosofía de este último en materia de opinión y expresión y el debate sobre determinados proyectos de ley, entre los cuales se encuentra el de elecciones locales, ya aprobado por el Congreso y que ha sido modificado ligeramente por la Comisión de Justicia del Senado.

Abel Matutes (Alianza Popular). Es cierto que en los últimos meses se ha mejorado el nivel de inflación y la balanza de pagos, pero si no resolvemos el problema del paro España puede caer en una quiebra económica que lleve a una revolución social. El 3 de abril pasado este tema se trató en el Congreso, pero pienso que no se ha dado la respuesta adecuada. Se habló de las medidas que sobre este problema establece el pacto de la Moncloa y de los mecanismos correctores de mercado.

Sin embargo, el paro no deja de aumentar. En estos momentos quizá el paro real sea de dos millones. Ni sirven las medidas del pacto de la Moncloa ni los actuales mecanismos de mercado. Se habla mucho del libre juego de economía de mercado, pero el contenido de esta expresión es entendido de muy diversas maneras. Así, después de la llegada de la democracia, en nuestro país se han dictado normas quizá demasiado liberalizadoras en otros campos, pero la economía sigue estando intervenida como antes.

Las medidas adoptadas hasta ahora para combatir el paro han tenido que ver muy poco con la economía social de mercado. Pienso que por una parte para combatir eficazmente el paro hay que liberar la legislación laboral y permitir la libre contratación y dejar al empresario plena libertad de reestructurar las plantillas.

Hay que tener un sistema económico coherente con los principios de libertad de mercado. Algunos dirán que el despido libre implicará un mayor aumento del paro, pero esto será momentáneamente porque a la larga la rigidez de plantillas pone en situación crítica a muchas empresas que se ven abocadas a la quiebra con el consiguiente paro masivo de los trabajadores. Por otra parte, si se introduce el libre despido la actual incertidumbre en el mundo económico se transformará en esperanza y habrá mayores inversiones, elemento esencial para crear nuevos puestos de trabajo. Otra medida que sería necesaria introducir sería la de disminuir el actual subsidio de desempleo que lleva que en algunos casos no invita al trabajador a aceptar algunos de los empleos que se le ofrecen. Resumiría mi intervención afirmando que el problema del paro se resolvería con unas medidas de tipo capitalista, otorgando mayores incentivos a las empresas, y con otras de tipo social, extendiendo lo máximo posible el subsidio de desempleo y controlando su percepción.

Rafael Calvo Ortega (ministro de Trabajo). Las medidas que ha adoptado el Gobierno para combatir el paro responden al cumplimiento riguroso de lo establecido en los pactos de la Moncloa sobre este tema, entre ellas, aparte del establecimiento de un subsidio de desempleo más justo y de un mayor control sobre su percepción, la contratación temporal de trabajadores en paro y la promoción del empleo juvenil. Respecto a la contratación temporal de personas en paro se ha producido un éxito evidente, término que no se puede aplicar en lo que se refiere al empleo juvenil. En este terreno actualmente el Gobierno está estudiando medidas conjuntamente con las dos centrales sindicales y con las dos organizaciones patronales más fuertes. En lo que se refiere al libre despido, expuesto por el senador señor Matutes como una de las medidas contra el paro, el Gobierno piensa que en este momento no es oportuna su imposición. El libre despido, para que pudiera ser aceptado por las diferentes fuerzas sociales afectadas debería ir acompañado, según criterio del Gobierno, con una reforma de la empresa, que la hiciese más transparente, dando toda la información necesaria a los comités de empresa.

Rafael Calvo Ortega (ministro de Trabajo). Yo pienso que más que filosofía, en los acuerdos de la Moncloa existen unos claros imperaen lo que se refiere a la solución del problema del paro. Por otra parte, la legislación laboral actual ya permite, por razones técnicas o de tipo tecnológico, una cierta flexibilidad de plantillas. Sin embargo, afrontar ahora claramente la autorización del despido libre puede fracasar, porque esta decisión debe ir acompañada de otras medidas. Así, de golpe, esta medida no sería aceptada por las tuerzas sociales más afectadas. Ahora no habría conformidad.