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Optimismo en Washington tras el viaje de Vance a Moscú

El secretario de Estado norteamericano. Cyrus Vance. regresó ayer a Washington tras cuatro días de negociaciones en Moscú. que. según la versión oficial, sirvieron para «estrechar las diferencias» que se paran a Estados Unidos y la Unión Soviética sobre un nuevo acuerdo de limitación de armas estratégicas.Aunque se reconoce que los desacuerdos fundamentales siguen existiendo y se ve cada vez más lejana la posibilidad de que el nuevo tratado se firme antes de¡ verano en la Administración Carter se respira un cierto optimismo y se re salta la atmósfera cordial de las conversaciones de Vance en Moscú, que contrasta con la frialdad del anterior viaje del secretario de Estado, en marzo de 1977.

Las quince horas de entrevistas mantenidas por Vance con altos funcionarios soviéticos se centra ron esencialmente en el tema de la limitación de armamento estratégico y sólo se tocaron de pasada otros problemas. como la bomba de neutrones norteamericana o la presencia soviético-cubana en Africa. El propio Vance definió las lentas negociaciones SALT como la construcción «piedra a piedra» de un nuevo tratado que sustituya al que expiró el año pasado y que estuvo en vigor desde 1972.

Poco se sabe, sin embargo, de los progresos conseguidos en las negociaciones, aunque sea en temas no cruciales, y la prensa norteamericana se quejaba ayer de esta vuelta a la «diplomacia secreta» por parte de Washington, que contrasta con la fluidez de información que se dio en la anterior visita de Cyrus Vance a Moscú.

El bombardero soviético conocido como Backfire en el código de la OTAN y el nuevo misil Crucero norteamericano continúan siendo los puntos más difíciles para alcanzar un acuerdo, junto con el número máximo de vectores nucleares que se permitirá mantener a cada país. y que el anterior tratado fijó en 2.400. Nuevas conversaciones se celebrarán el mes próximo en Estados Unidos con ocasión de la visita del ministro soviético de Asuntos Exteriores, Gromyko. a la asamblea de desarme de las Naciones Unidas.

La posibilidad de un encuentro en la «cumbre» entre Carter y Brejnev no se ha descartado aún totalmente, si bien parece claro que el líder soviético se niega a viajar a Norteamérica hasta que no exista un borrador aceptable de¡ nuevo tratado, lo que no se logrará en un plazo breve.

Tras su estrecha victoria en la ratificación por el Senado de los acuerdos sobre el canal de Panamá, Jimmy Carter tiene más margen de maniobra para intentar convencer a los recelosos legisladores de las virtudes de¡ tratado sobre limitación de armas estratégicas con la URSS. Sin embargo, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Robert Byrd, advirtió al presidente a finales de la semana pasada que la ratificación del nuevo acuerdo SALT requerirá un minucioso examen por parte del Congreso, que considera este pacto vital para la seguridad de Estados Unidos.

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Mientras tanto, un nuevo sondeo de opinión del Instituto Gallup hecho público ayer muestra un nuevo descenso en la popularidad del presidente Carter, que sólo tiene el apoyo de un 39% de los ciudadanos, el nivel más bajo desde que hace quince meses llegara a la Casa Blanca. Un 46% de los encuestados desaprueba la gestión presidencial de Carter.

Los «modestos progresos» alcanzados por Cyrus Vance en Moscú poco contribuirán a recomponer la imagen del presidente Carter, que fue calificado el domingo poco menos que de Inepto por el influyente senador Henry Jackson, quien aseguró que la Administración Carter está haciendo demasiadas concesiones a los soviéticos.

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