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Gran Bretaña venderá una central nuclear a Brasil

Gran Bretaña está dispuesta a suministrar al Gobierno de Brasil una instalación nuclear capaz de completar el ciclo de enriquecimiento del uranio. Con la tecnología alemana ya contratada y la construcción de la planta que la empresa estatal de combustibles nucleares británicos ha ofrecido al régimen brasileño este país estará en disposición de utilizar el combustible para fines militares. El Gobierno de Londres no ha desmentido la noticia, revelada por el semanario New Statesman.Combustibles Nucleares se ha apresurado a precisar que «la oferta todavía no ha sido aceptada por las autoridades brasileñas y que, en cualquier caso. deberá ser aprobada por el Gobierno y contiene las necesarias salvaguardias».

La planta ofrecida por Gran Bretaña que en el lenguaje técnico se denomina Hex, está destinada a transformar el óxido de uranio en hexaflourido de uranio, un gas reactivo cuyo proceso es previo a la separación, en isótopos en que consiste el enriquecimiento. El Gobierno brasileño y el de Alemania Federal mantienen un contrato por el cual Bonn suministrará a Brasilia además de ocho centrales atómicas para la producción de energía una planta de reprocesamiento de uranio.

Brasil no es un país signatario del tratado de no proliferación nuclear, y la oferta británica, claramente contraria a la política restrictiva del presidente Carter en materia atómica, confirma que el Gobierno de Londres está decidido a participar en la ofensiva declarada por Bonn y París para copar el mercado nuclear.

El primer ministro, Callaghan, y el ministro de Asuntos Exteriores, David Owen se han pronunciado repetidas veces, sin embargo, a favor de Carter en la controversia que éste mantiene con el Gobierno de Bonn para suministrar a Brasil instalaciones capaces de convertir en un poder atómico integral a la dictadura latinoamericana. Gran Bretaña, además. es miembro de un grupo de quince naciones (Nuclear Suppliers) que el año pasado se comprometió a no exportar instalaciones de reprocesamiento. De este consorcio también forman parte Washington. Bonn y París.

El Gobierno británico va a construir en Windscale una planta que permitirá la regeneración de desperdicios nucleares extranjeros, además de los propios. La decisión de llevar adelante este proyecto ha suscitado ya reacciones contrarias de la Casa Blanca, que ha sugerido que estaría dispuesta a bloquear el suministro de combustible nuclear norteamericano a los países con los que Londres proyecta firmar sustanciosos contratos para el reprocesamiento atómico.

Pero hay más datos que evidencian que el conflicto entre la doctrina gubernamental y los negocios se está resolviendo a favor de los últimos. A pesar del veto norteamericano. Brasil va a obtener en Europa el combustible que necesita para sus proyectos nucleares, y también aquí está implicada Gran Bretaña.

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