Todos los sindicatos, contra el censo electoral para Cámaras Agrarias

El sindicalismo agrario, su ideología y organización, los problemas del sector y las inminentes elecciones a Cámaras agrarias fueron los principales aspectos desarrollados en el transcurso de una mesa redonda organizada por la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos.

Dirigentes de seis organizaciones sindicales del campo y el director del Instituto de Relaciones Agrarías, Luis Moro, expusieron sus criterios sobre los distintos temas respondieron a diferentes cuestiones que les planteó el público asistente al acto, que se desarrolló al lo largo de tres horas y media, sin interrupción, en la sede del Instituto de Ingenieros Civiles de España. Actuó de moderador en la mesa redonda el senador real señor Ortega Spottorno.La primera exposición, en nombre de la Asociación Regionalista Agraria, corrió a cargo de Federico Muñoz, que se refirió a la reciente constitución, la semana última, de la Federación Independiente de Sindicatos Agrarios corno resultado de la fusión de su asociación con otras agrupaciones profesionales agrarias. Insistió el señor Muñoz en la independencia de la organización a la que representaba, del Gobierno y los partidos políticos, y se mostró en contra del colectivismo marxista y de la gran oligarquía del capital. «Somos partidarios de la libre empresa -afirmó- y pensamos que cualquier reforma del sector debe apoyarse en las empresas rentables y viables». Por último indicó que su asociación contaba con 150.000 empresaríos afiliados.

Adolfo Sánchez, en nombre de la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos, definíó a su organización en torno a los conceptos de independencia, profesionalidad, justicia, eficacia y voluntad de solidaridad y cooperación. Defendió la necesidad de la libre empresa y afirmó contar con una afiliación comprendida entre 100.000 y 200.000 empresarios.

Antonio Ortiz, por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y ganaderos, aludió a la experiencia de su organización en la defensa de los pequeños y medianos empresarios agrarios y a las movilizaciones que había llevado a cabo -guerras de los tractores- en reivindicación de soluciones concretas a problemas planteados. Definió la ideología de su central en torno a los conceptos de libertad, democracia e independencia.

Angel Fernández, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Tierra (UGT), tras referirse a la historia de su federación, explicó cómo en ella se integran hoy no sólo los trabajadores por cuenta ajena, sino también los autónomos sin asalariados. Son dos ramas diferenciadas, dijo, con una dirección común, e integradas en el seno de la UGT con el resto de los trabajadores.

Antonio Romero, por CCÓ0 del campo, afirmó igualmente la independencia de su organización, que afilia a 150.000 obreros del campo, las alternativas que propone a los problemas agrarios e insistió en la necesidad de cumplimiento de los pactos de la Moncloa. Acuerdos que fueron atacados por Francisco Casero, en nombre del Sindicato de Obreros del Campo (integrado en la CSUT), que expuso una alternativa de diez puntos para solucionar la grave crisis agraria.

Todos los dirigentes insistieron en la necesidad de unas reformas profundas en el agro español, haciendo más hincapié -lógicamente- los sindicatos obreros en el sistema de propiedad y refiriéndose todos ellos a la necesidad de un saneamiento de la comercialización, de créditos baratos y de ordenación racional de cultivos.

En el coloquio posterior a estas intervenciones se intercambiaron insinuaciortes sobre dependencias políticas, de UCD (Asociación Regionalista Agraria), del PSOE (Federación de la Tierra), del PCE (CCOO) y de la olígarquía verticalista del franquismo (Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos). Todas las organizaciones aludidas desmintieron con mayor o menor fortuna tales insinuaciones.

El director del Institutade Relaciones Agrarias, Luis Moro, expuso el nuevo decreto que trasforma las Cámaras Agrias, insístió mucho en que no iban a prestar funciones de naturaleza sindical, sino de colaboración técnica, y se refirió a las inminentes elecciones a las mismas. La nueva configuración fue criticada por todas las organizaciones asistentes al coloquio, aunque era aceptada plenamente por las empresariales, a excepción de la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos, que se refirió a ella en términos de dureza semejante al de las organizaciones obreras. Hubo una crítica unánime, aceptada por el representante de la Administración, en torno a la elaboración de los censos para celebrar elecciones a las mismas. La modificación del mismo, a la que se está procediendo estos días, y la mayor concreción de las funciones de las Cámaras condicionará la participación de la UGT en las mismas. La Coordinadora de Agricultores ha dejado en libertad a las uniones que asocia para que concurran o no, aunque en cualquier caso lucharán desde dentro o desde fuera contra las mismas. La Asociación Regional Agraria y la Confederación Nacional se muestran más dispuestas a concurrir a estos comicios apoyando a organizaciones independientes. Los sindicatos obreros, por su parte, exigen unas auténticas elecciones en el campo, no las de las Cámaras, para clarificar el panorama de representatividad de las centrales, en el sector.