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Atonía en la política económica

«Dentro de pocos días, una intervención del jefe del Gobierno ante el Congreso de Diputados, que se anuncia muy importante, va a servir para explicar los cambios de ministros efectuados hace ya dos meses y, además, para la orientación del rumbo político.Pero quizá más que explicar lo sucedido el pasado febrero, que ya no es más que historia, si es que no se ha quedado en anécdota, sería necesario justificar lo que no se ha producido después: excusar la atonía, por no decir carencia, de una política económica.

Básicamente los equipos técnicos, y hasta políticos, del Ministerio de Economía siguen siendo los mismos; no ha variado más que la persona del titular. Pero ha cambiado profundamente el clima y el ritmo. Durante el segundo semestre del pasado año, tanto el país como,su clase política fueron mentalizados sobre la gravedad y peligrosidad de nuestra crisis económica y de sus desequilibrios interiores y exteriores. La tensión lograda dio como resultado los pactos de la Moncloa: una política económica nacional, nada partidista, suscrita y aprobada por todos -Gobierno y Oposición-, que exigía en plazos concretos una política precisa.

Y si gracias a ella se han logrado resultados parciales y aminorar el ritmo de los problemas, nada estable y definitivo ha quedado consolidado(...).

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(...) No se ha vuelto a hablar del plan energético y seguimos importando crudos de petróleo en cuantía de 35 a 40.000 millones de pesetas mensuales. Y permitiendo un clima de hiperestesia irracional ante el problema de las centrales atómicas, única posible salida en los momentos presentes. No es posible reanimar, por razones obvias, la inversión privada, y frente al paro y el desempleo el sector público ha de ser necesariamente el gran protagonista, que actualmente podría encontrar recursos para esa política en el mercado financiero. Todo este enunciado de problemas justifica sobradamente una gestión de Gobierno, una auténtica, esperanzada, política económica que ponga fin a la atonía presente y de ánimo y, sobre todo, cauces y dirección a la irremplazable tarea y deber de los empresarios. Urge salir de la atonía comenzando por informar cumplidamente al país sobre la situación presente y las perspectivas futuras."

30 marzo.

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