_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El "Aberri Eguna", entre la demagogia y la paz

EL ABERRI Eguna (día de la patria vasca) de ayer es el primero que los vascos celebran legalmente, y por tanto con libertad, desde 1936. Las manifestaciones han sido multitudinarias en Bilbao y San Sebastián, menores en Vitoria y un punto controvertidas en Pamplona, dada la opción que tienen pendiente los navarros sobre su identificación euskalduna. No se han producido incidentes dignos de mención y lo reseñable -junto a la demagogia de algunos pronunciamientos- es precisamente el carácter legítimamente político y pacífico de esta primera demostración masiva de los vascos en 42 años.Aún recientes graves sucesos de sangre en las Vascongadas -los dos obreros muertos en las obras de la central nuclear de Lemóniz y el guardia civil retirado también asesinado por ETA-, es más que lamentable el protagonismo de ETA en las manifestaciones del domingo, la ausencia de la bandera española en medio de las ikurriñas y las tricolores, y las pancartas y consignas independentistas, que ya han sido interpretadas como una provocación.

Sin embargo, también hay que señalar que no están lejos los días en que el Aberri Eguna era motivo de enfrentamientos y muertes en las provincias vascas, o en los que la presencia de la ikurriña deparaba tiroteos, o muertos y heridos entre las fuerzas del orden encargadas de retirarlas. Cuando el actual ministro del Interior despenalizó el izamiento de la ikurriña se adujo desde perspectivas integristas que se trataba de una medida política de debilidad y entreguismo, y desde posiciones del nacionalismo vasco que la decisión era banal y tardía. Pero no puedejamás ser desdeñable una medida que, a más de corresponderse con la lógica y con los usos democráticos, ha venido a impedir que en el Norte se maten los españoles a cuenta de la bandera de Sabino Arana.

Otro tanto puede afirmarse de la conmemoración de un día de la patria vasca, que, por primera vez en muchos años, ha podido celebrarse en paz y hasta con la presencia, como invitado del PNV, del senador estadounidense Frank Church, en cuyo estado de Idaho habitan numerosos vascos dedicados a tareas ganaderas. Los gritos y las pancartas radicales e irresponsables (como la incitación a ETA a seguir aplicando la técnica asesina del goma-2 a las centrales nucleares) no deben dejar por eso de contemplarse en el contexto de una jornada pacífica, lejos del memorial de agravios, errores y estupideces que la dictadura acumuló sobre Vizcaya, Guipúzcoa y Alava.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El problema vasco sólo puede encauzarse hacia soluciones viables a través de las ya emprendidas: las elecciones generales -y la nueva correlación de fuerzas que deparen las próximas legislativas o las mismas elecciones municipales-, la legalización de los partidos abertzales, la constitución del Consejo General vasco como representación preautonómica y, por último, incluso los leves destellos de ánimo negociador que pueden detectarse entre ese colectivo de no más de sesenta hombres que forman ETA militar (con el apoyo emocional de un sector de la población) y el claro talante que, aun en circunstancia difíciles, demuestra el Gobierno del Estado y que tiene su más reciente expresión en el nombramiento del subdirector general de Seguridad como jefe provisional de Policia de Bilbao. José Sainz, tenido en círculos policiales por el máximo experto en ETA, fue hombre que ya en el régimen anterior se atrevió a declarar públicamente que el terrorismo en el País Vasco carecía de solución policial y represiva y que constituía un problema a abordar políticamente. Ahora nadie duda que su misión en Vizcaya reside, como él mismo ha dicho, en hablar con todos. Eso, naturalmente, incluye hablar también con ETA.

Así las cosas, los pasos aislados podrán parecer ineficaces o lentos, signos de debilidad o de doblez, pero la política de distensión, de diálogo y de pacto entre los representantes del pueblo vasco y los poderes centrales es la única que podrá depararnos a la larga muchos Aberri Eguna festejados en paz, en el seno de un.Estado democrático que protege también los derechos de quienes no están conformes con él y expresan sus creencias -sean cuales sean- sin violencia y con acatamiento de la ley.

Por lo demás, las urnas ya hablaron y pudo comprobarse el escaso peso real que las posiciones abertzales e independentistas tienen en el País Vasco. Que las manifestaciones del Aberri Eguna se hayan teñido de contestación a los partidos ampliamente representados en las Cortes y partidarios de la autonomía vasca dentro de la unidad del Estado no hace sino poner de relieve el más sencillo de los recursos de quienes pierden unas elecciones: agitar la calle.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_