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Israel se retirará de Líbano

La vanguardia del contigente de 4.000 soldados de las Naciones Unidas, encargados por el Consejo de Seguridad de mantener la paz en Líbano, entró ayer en el sur del país por debajo de las líneas israelíes, pero fue recibido con salvas de disparos por parte de las falanges cristianas libanesas, que formalmente se oponen a su presencia.

Las tropas suecas, iraníes y francesas pudieron, sin embargo, tomar posiciones al sur de la línea de ocupación israelí y, según informó un portavoz del alto mando de las Naciones Unidas en Beirut, su objetivo es desplegarse en los alrededores de la ciudad portuaria de Tiro.El general israelí, Mordechai Gur, jefe del alto estado mayor israelí, declaró el miércoles que, una vez que toda la fuerza de 4.000 soldados de la ONU llegue al Líbano, el ejército de ocupación israelí se retirará a la frontera internacional, situada a unos veinte kilómetros de donde se encontraban ayer las avanzadillas del ejército israelí.

Pero un portavoz del Gabinete israelí, que se reunió en Jerusalén hasta entrada la noche del miércoles, pareció contradecir las declaraciones del general Gur, al indicar que «no se había adoptado ninguna decisión sobre la cuestión de la retirada israelí» del sur del Líbano.

Ayer, mientras tanto, continuó la lucha esporádica en el frente abierto en Líbano por Israel.

Guerrilleros palestinos bombardearon insistentemente, con proyectiles-cohetes Katyushka, puntos del norte de Galilea, siguiendo su declaración de no respetar el alto el fuego unilateral iniciado por Israel hace cuatro días.

Informaciones israelíes confirmaron que el Gobierno de Jerusalén ha ordenado una paulatina reducción en el número de sus fuerzas desplegadas en la operación de ataque al Líbano. Una información distribuida por la televisión israelí afirmó que «es posible» que la retirada israelí sea ordenada por el Gobierno en los próximos días.

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Observadores occidentales en Líbano opinaron ayer que los indicios ofrecidos por Jerusalén sobre una eventual retirada del Líbano guardan una estrecha relación con la cumbre en Washington entre el presidente norteamericano, Jimmy Carter y el primer ministro israelí, Menahem Begin.

Aunque informaciones procedentes de Washington señalan que los dos días de conversaciones entre Carter y Begin aumentaron las diferencias existentes entre los dos países en torno a la posibilidad de una solución global al conflicto árabe-israelí, fuentes norteamericanas afirmaron que Carter puso en el centro de las conversaciones, y como una cuestión de urgencia, el tema del Líbano.

La Administración Carter no ha condenado de una manera expresa la invasión israelí del Líbano, pero ha pedido formalmente al Gobierno Begin que retire sus tropas. Asimismo, el presidente Carter se quejó el miércoles, en sus palabras de despedida del premier israelí de la Casa Blanca, del elevado número de víctimas que produce la dinámica de golpes y contragolpes violentos en el Oriente Próximo.

Para fuentes diplomáticas, las declaraciones de Carter fueron el punto máximo de crítica que la Administración se puede permitir de la reciente acción de represalia del Gobierno israelí, dado el apoyo popular que este tipo de acciones tiene en el electorado norteamericano.

Por otro lado, el periódico egipcio semioficial Al Ahram, indicó ayer que el Gobierno del presidente Sadat podría aceptar la propuesta de los países árabes radicales para celebrar una cumbre urgente para tratar la cuestión, libanesa.

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