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Cientos de muertos en los ataques israelíes en Líbano

El riesgo de una intervención siria rece a medida que se prolonga la la masiva intervención militar en Líbano. Damasco reaccionó ayer, en un primer momento, solicitando la intervención urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para garantizar la retirada judía, pero tras los bombardeos de la aviación israelí contra el campamento de refugiados de Al Sabra, situado a una veintena de kilómetros de Beirut, Siria puso a disposición de la fuerza árabe de pacificación que ocupa Líbano (en su mayoría soldados sirios) su aviación para repeler los ataques de la artillería judía.El ataque llevado a cabo por los israelíes, en el que participan unos 25.000 soldados apoyados por fuerzas aéreas, navales y blindadas, ha provocado centenares de víctimas entre la población civil, según afirman fuentes libanesas. También han sido bombardeadas las ciudades de Tiro y Sidón.

Hasta que se produjeron estos ataques, la emisora de Damasco repitió durante toda la mañana las garantías de Jerusalén de que la acción militar estaba dirigida contra las bases palestinas, no contra el ejército sirio. Esta posición de cautela puede verse modificada en las próximas horas.

Cautela siria

Por este motivo, la «neutralidad » siria no es posible más que en el caso de que la operación israelí, que según el primer ministro Menahem Begin ha climplido ya sus objetivos, se termine con rapidez. Cada hora que pasa aumentan las presiones de los palestinos, los países árabes del «frente de la firmeza» y la opinión árabe en general para que Damasco intervenga contra el cuerpo expedicionario judío.

Los cañones de la defensa antiaérea siria ya han hecho fuego contra los aviones israelíes que se aproximaron a Beirut. Por otro lado, Siria ha proporcionado «una cobertura aérea» a la fuerza árabe de pacificiación.

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Los observadores de Jerusalén destacan que en el comunicado de Damasco se afirma que este apoyo aéreo no está destinado a los comandos palestinos, sino a la citada fuerza árabe estacionada en Líbano, cuyas tres cuartas partes son contingentes sirios. Damasco permanece, pues, extremadamente prudente para no dejarse caer en el cepo hacia el que los palestinos intentan atraerle: un enfrentamiento militar directo con el ejército israelí.

Los expertos militares israelíes están convencidos de que si sus efectivos no flanquean la «línea roja» que representa el río Litani, y si los raids aéreos se circunscriben a las concentraciones palestinas, los sirios no se moverán.

No hay que olvidar que si bien otros países árabes, como Yemen del Sur, exigen una convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente de Líbano, Elías Sarkis, no tiene tanta prisa. En este sentido ha manifestado que no solicitará tal reunión a menos que los israelíes flanqueen el río Litani.

La expedición militar israelí va más allá de la destrucción de las bases y fortificaciones palestinas en el sur de Líbano. «Dado que Líbano en su conjunto constituye una base de operaciones contra Israel, nosotros impondremos allí el orden en la medida en que el Gobierno soberano de Líbano es incapaz de hacerlo», declaró ayer a los periodistas el ministro de Defensa, Ezer Weizman.

Los objetivos militares son estratégicos. De las diferentes declaraciones hechas ayer por el ministro de Defensa o por el primer ministro, los análisis de los comentaristas han concluido que Israel intenta tomar medidas para bloquear cualquier camino de retorno hacia el Sur a los comandos palestinos. Esto puede ser alcanzado, sea mediante el mantenimiento de una presencia militar en el sur de Líbano por período indefinido, o bien guardando este «cinturón de seguridad» bajo control de Israel durante el tiempo que sea necesario para entrenar, armar y formar un ejército cristiano libanés lo suficientemente poderoso para rechazar un eventual ataque palestino.

Este «cinturón de seguridad» tendría una profundidad de siete a ocho kilómetros, y se extendería desde el mar hasta las laderas del monte Hermon; es decir, unos cien kilómetros de anchura..

Reacciones mundiales

El secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, negó ayer haber pedido a Israel que cese sus ataques a los campamentos de refugiados palestinos al sur de Líbano, al tiempo que manifestaba su satisfacción por que la ocupación de territorio libanés se trataba de algo temporal. La agencia soviética Tass ha calificado los hechos como un acto de bandidaje por parte de Israel.

El secretario general de la Liga Arabe en El Cairo, Mahmud Riad, enviaba un mensaje a todos los Estados árabes para que presionarán por todos los medios para que cesase la «agresión israelí».

También el Vaticano emitió un juicio donde revelaba la pesadumbre del Pontífice ante los sangrientos hechos que la zona de Oriente Próximo padece.

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