El general Lucas, elegido presidente de Guatemala por el Congreso
Los deseos de los militares guatemaltecos que apoyaban en la sombra la candidatura presidencial del general Romeo Lucas, se han cumplido como estaba previsto: el Congreso proclamó por fin nuevo presidente de Guatemala a este general de 53 años, apodado El Indio, por su perfecto dominio de los tres más importantes dialectos mayas del país.
Los accidentados y polémicos escrutinios de las elecciones, celebradas el pasado día 5, no consiguieron dar la mayoría necesaria a ninguno de los tres candidatos en liza, por lo que la decisión sobre la proclamación presidencial correspondía constitucionalmente al poder legislativo.De los 61 parlamentarios que componen el Congreso de Guatemala, 35 votaron a favor de Romeo Lucas. Los representantes de la democracia cristiana y del Movimiento de Liberación Nacional, partido de extrema derecha, se retiraron del salón de sesiones cuando se inició la votación.
Según todos los indicios, en las presentes elecciones generales se ha repetido el mismo fraude que en 1970 y 1974. La coalición gubernamental que en 1974 llevó al poder al general Kjell Laugerud después de un proceso electoral unánimemente considerado como farsa, ha conseguido nuevamente llevar al sillón presidencial a su candidato, a pesar de las reiteradas promesas de neutralidad expresadas por el Gobierno.
Observadores extranjeros presentes en las elecciones -entre los que se encontraban representantes de la Unión Mundial Demócrata Cristiana y de la Socialdemocracia Internacional, además de dos senadores norteamericanos- han denunciado en sus países de origen la absoluta falta de limpieza en el proceso electoral. Alteraciones de listas electorales, repetición de votos, ocultación de actas y urnas, presiones a los electores son, según dichas denuncias, algunos de los sistemas utilizados para inclinar los resultados a favor del candidato gubernamental.
No le será fácil gobernar al nuevo presidente con un panorama de oposición mucho más radicalizado que hasta ahora por la derecha y por la izquierda. La democracia cristiana, que estaba convencida de su victoria en un proceso electoral honrado, ha expresado su propósito decidido de conseguir auténticas instituciones democráticas en este país centroamericano, pata lo que recurrirá incluso a la ayuda internacional. El Movimiento de Liberación Nacional, de extrema derecha, que presentó como candidato al ex jefe del Gobierno Peralta Azurdia, se ha pronunciado también de forma violenta contra los resultados electorales. La posición de este partido es mucho más inquietante que la de los dernocratacristianos, pues cuenta con muchos apoyos entre sectores militares calificados de golpistas. El propio Peralta Azurdia derrocó al presidente Miguel Idígoras en marzo de 1963 y gobernó dictatorialmente el país hasta 1966.
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