La hostelería y los cines de Bilbao, en huelga

Con los cines cerrados y la hostelería en huelga, Bilbao ha vivido un fin de semana hogareño. En ambos casos el paro puede ir para largo porque las diferencias entre la patronal y los trabajadores son casi abismales, al tiempo que se acusan mutuamente de falta de voluntad negociadora. En el caso de los cines la huelga es total, mientras que en la hostelería afecta aproximadamente a la mitad de los 5.000 trabajadores censados.

La detención de seis personas por formar parte de los piquetes ha venido a complicar aún más las cosas en la huelga de la hostelería, que afecta principalmente a hoteles y grandes establecimientos, hasta el punto de que los propietarios han tenido que recurrir a sus familiares para efectuar el servicio de habitaciones. La coincidencia de la huelga con una feria de muestras internacional que ha llenado los establecimientos hoteleros agrava aún más el problema.Dado el carácter legal de la huelga, los trabajadores esgrimen su derecho a formar piquetes informativos. La patronal les acusa, por su parte, de ejercitar métodos coactivos.

En estas circunstancias las conversaciones se han convertido en un diálogo de sordos. Para el escalón más bajo las empresas ofrecen una subida de 84.000 pesetas sobre los ingresos brutos del último año (36%), y mientras que los trabajadores exigen un incremento de unas 200.000 pesetas (88%). Esta diferencia arranca del hecho de que las empresas barajan la cifra total percibida en 1977, mientras que los trabajadores sólo hacen referencia a los salarios que perciben desde el mes de octubre en virtud de un pacto firmado tras una breve huelga.

Puestas así las cosas, los empresarios han ofrecido por otra parte una subida lineal de 1.500 pesetas para empezar desde ahí la discusión del convenio. La parte social exige como condición para desconvocar la huelga un incremento de 3.000 pesetas en las categorías más bajas y 5.000 para las más altas.

En los cines, parecido

En el caso de los cines las diferencias entre la oferta de la patronal y las exigencias de los trabajadores son de parecido tenor. Para un abanico salarial que va actualmente de las 13.500 a las 17.000 pesetas, los trabajadores tratan de situarse entre las 25.000 y las 32.000 pesetas, mientras que la patronal ofrece un aumento lineal equivalente al costo de la vida más dos puntos.