Lázaro Carreter: "Creo que es el mejor libro de Paco Umbral"

Ayer se presentó en Madrid el último libro de Francisco Umbral, La noche en que llegué al Café Gijón, acto en el que cumplió las funciones introductorias el académico de la Lengua, Fernando Lázaro Carreter.«Creo que es el mejor libro de Paco Umbral -declaró a EL PAÍS, Lázaro Carreter- y uno de los escasos que existen en la literatura española con estas características. No se trata de un libro de memorias, sino de una autobiografía, que son dos cosas distintas. Umbral no nos cuenta lo que ha visto sino lo que ha vivido y sentido. Pienso que se trata de una de las confesiones más claras sobre cómo se ha hecho un escritor.»

«En el libro -añade el académico- se presentan una galería de retratos de los personajes que conoció en aquellos años, pero no se trata de descripciones externas sino de reflejar y dejar constancia de los aspectos más útiles de los retratados para su propia personalidad. Naturalmente hay también descripción de peripecias, divertidas o patéticas, pero el libro es sobre todo una declaración de oficio: Umbral abre su taller y nos muestra el por qué escribe así en la actualidad. Cuáles han sido sus lecturas que, como debíamos figurarnos, muestran una gran inclinación por los líricos, con Juan Ramón a la cabeza. Eso explica la riqueza de su prosa, el uso de unos determinados adjetivos poco frecuentes, etcétera. Lo cierto es que en nuestra literatura no tenemos declaraciones autobiográficas en las que se explique cómo se han hecho nuestros escritores. Es un libro ejemplar, de valores deontológicos.

«Mi libro -declararía Francisco Umbral- recoge los tres años más heróicos y hambrientos de mi vida literaria, desde 1960. cuando llegué a Madrid, hasta 1963,en el que se entierra en España a Ramón Gómez de la Serna.»

«Para mí, La noche en que llegué al Café Gijón es una crónica de la mediocridad, porque mediocre era la época que en él se refleja. Supongo que entre las causas habrá que incluir al franquismo, entre otras. La obra tiene tres círculos: uno primero que es una crónica del Madrid de los comienzos de la década; un segundo en el que se trata de una crónica del mundo de los escritores, pintores y artistas en general, polarizado en el Café Gijón y con referencias a otros medios, como el Opus Dei, en sus relaciones con la cultura, y las primeras exposiciones de arte abstracto que estaban potenciadas, paradójicamente, por la derecha, y una tercera crónica más personal, en la que escribo sobre mi propia historia, mi trabajo y mis problemas.»

«Quiero aclarar -añade el escritor- que pese a la coincidencia en el tiempo con otros libros autobiográficos, no me incluyo en ninguna moda más o menos temporal. Ya en 1971 ó 72 publique las Memorias de un niño de derechas, como demostración de que lo autobiográfico siempre me interesó mucho.»

«En cualquier caso -concluye el autor- considero muy positiva la paulatina pérdida de ese miedo al ridículo que parecían sentir los españoles. Si surgen autobiografías sinceras, todos salimos ganando.»