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La poesía de Juan Rejano

«¡Cerrad vuestras trampas, vuestros podridos legajos, torpes, interesados antólogos, historiadores literarios del aguachirle, que tantas veces la habéis postergado, que tantas veces habéis olvidado esta poesía, olvidando al que conoce el olvido!», palabras de Juan Rejano en su Retrato de Pedro Garfias (Pedro Garfias: Antología, poética, México, Finisterre, 1970).Dos poetas del malditismo bélico literario, dos literatos más sacrificados por lo de acá y lo de allá. Rejano puede hasta río ser tan buen poeta, o serlo mayúsculo; nos falta dimensión para saberlo. Murió el 4 de julio de 1976. Se le ha hecho algún homenaje; poco. Fue escritor, periodista republicano. Después, México y su rialabra del destierro. Había nacido en 1903, octubre, fecha para la generación -o grupo- del veintisiete. Malvadas definiciones: el veintisiete es grupo y generación se hizo luego: aquello de la guerra, la militancia de izquierdas, el empuje hacia el destierro, alguna muerte heroica manejada, etcétera... Compañeros de lidia poética: Moreno Villa, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Francisco Giner de los Ríos -¿dónde todos ellos?-, creadores de la otra Litoral, en México, la hermosa expresión de la palabra y el dibujo. México 1947, director de la Revista Mexicana de Cultura. Y varios libros desconocidos aquí, naturalmente.

Poesías

Juan Rejano. Selección y prólogo: E. Díaz, F. Montes y Miguel A. Toledano. Editorial Demófilo. Madrid, 1977.

Por aquello del veintisiete y otras razones digamos algo de andalucismo. La colección que publica el libro se dice Noticia de un Pueblo Andaluz. La editorial inició su andadura con aquellos famosos, y olvidados, naturalmente, Cantes flamencos, de Antonio Machado Alvarez, padre del no menos famoso, y nuestro mejor folklorista, naturalmente olvidado. Entre las muchas inutilidades soportadas esta última cuarentena -perdón por el tópico- una ha sido el folklore rechinante y desdibujado que se nos ha ofrecido. Motivo: disfrazar con la salsa del jaleo y el taconazo urgente las claras muestras del desaguisado sociocultural andaluz.

Juan Rejano, poesía amoroso-erótica, poesía política, andaluz, toma parte de las agruras de este pueblo; además, la melancolía del destierro. México y aquellas otras revistas, contribución de Juan Rejano: Romance, Ultramar, el suplemento dominical de El Nacional. Temas fundamentales en la poesía de Rejano: España, el hombre, el exilio (fundición de ambos):

La melancolía del destierro

«España, España, vienes a mí, hieres a golpes / mi corazón. De lejos, te escucho, me aniquilas / de lejos, me aniquilas, y no encuentro otra orilla / donde dejar mis ojos. España, España, España.»Tanto dolor combustible, tanta disposición para el recuerdo, España perdida: «Y ahora te escribo, te escribo, sin saber qué escribirte, / escribiéndolo todo torpemente...» Rejano y la poesía neo-popular; en la búsqueda del amante: «No lo hallarás. / Tu amante es ya marinero: / se fue por el río al mar» (de El Genil y los olivos, 1944). ¿Quién no recordaría a Alberti? Su poesía popular trasciende o se contagia de lo popular latinoamericano: «Danzan / el mango y la guanábana / ... Danzan / los ojos de la mulata / y sus caderas / de miel y palma» (de Constelación menor, 1950). Amor grano a grano, poro a poro el de Rejano. Amor de nostalgia o amor insatisfecho, de insatisfacción: «Desde la noche aquella, / cuando estás a mi lado, / me parece que tengo / tu cuerpo sin ser tuyo, / la ausencia de tu cuerpo» (de El jazmín y la llama, 1966).

Alas de tierra (México, 1975) nos pone en el límite de la poesía de Juan Rejano. Esta antología, pre parada por el propio poeta, sirve de base para la que hoy se publica en España. Hay algunos poemas, evi dencia primaria, muy del momen to político. Ejemplo, Carta a Simón Sánchez Montero. Juan Rejano, poeta popular, más en Alberti que en Lorca, poeta amoroso, amor que se insinúa, sensual, amor que gime más en la espera que en la realización. Esta antología permite tan sólo los apuntes, que es mucho en el caso de Rejano, otro de los desempolvados. Me paro a pensar: llevo un tiempo lamentándome, a cada libro que me llega, de lo que hasta hoy se nos ha impedido leer. Vendrá Juan Rejano con palabra más poblada. Ahora, por su nostalgia, o su melancolía: «Mañaría... yo no sé... Mañana, acaso / no estaré aquí. Pero a tu orilla un trémolo / de pasión como un lecho rojo / levantará sus hojas musicales.»

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