No tan a favor de Pinochet
Sólo pretendo hacer una pequeña reflexión para aquellas personas que tan alegremente opinan sobre la realidad social de Chile, y voy a hacer unas matizaciones sobre la carta al director denominada «A favor de Pinochet», del 21-1-78.Cuando dicho articulista considera que 3.000 kilómetros de distancia no permiten una opinión objetiva y seria sobre una situación histórica, yo me permito recordarle que vivimos en el siglo XX (con todo lo que esto conlleva en los avances de comunicación, transportes, telecomunicación, informática y una larga serie de adelantos), y no en el siglo XV, donde una distancia de mil kilómetros podía ser decisiva. Sin ser sólo una reflexión mía. La distancia no es ningún impedimento determinante para la relación entre pueblos y personas. Durante la época más dura del franquismo yo tampoco encontré en mis viajes a Portugal grandes despliegues policiales en la frontera entre mi querido país y el lusitano, y eso que todavía regía a dicho país el señor Salazar; por eso tampoco me es muy válido su argumento de fronteras. Y además opino que hay una cierta afinidad entre Argentina y Chile, como la hubo entre España y Portugal, a nivel de dictadores.
En cuanto que Chile es un pueblo limpio, educado y trabajador, me congratulo de ello; pero también hay muchos pueblos con esas características que además respetan los derechos humanos, y eso es lo que hace a dichos pueblos dignos de admiración, lo que considero una desgracia, porque esto debía ser una constante, de todos los pueblos del universo. Dice haber hablado con muchos tipos de trabajadores, y ante su pregunta «¿Cómo pueden soportar la dictatorial opresión de ese régimen?», ha hallado una respuesta unánime: .«Que Dios nos lo conserve muchos años.» Yo le pediría que hiciese algunas consideraciones y, si pudiera ser, una profunda reflexión:
Los trabajadores preguntados todos trabajaban, o por el contrario estaban en el paro, no tenían a ningún familiar en la cárcel, en el exilio o en el cementerio, aparte de las causas naturales. ¿No es extraña una respuesta tan unánime? En su respuesta ¿no estaba más clara su situación personal que la situación socio-política del país? Así seguiría haciendo consideraciones durante mucho tiempo, pero creo que la consideración más exponente es la siguiente: Si es un país donde su Gobierno respeta las libertades y al ser humano y que tan ferozmente ha sido calumniado, ¿por qué no permiten el general Pinochet y sus acólitos la entrada a una comisión de las Naciones Unidas para investigar los hechos que supuestamente atentan contra los derechos humanos, quedando de una vez por todas aclarada una situación tan sangrante y brutal? o ¿es que acaso tales hechos no son tan supuestos?