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Carter, dispuesto a mediar en Oriente Próximo

ENVIADO ESPECIALEl presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, será el protagonista del próximo «episodio» de la «representación» político- teatral de la crisis de Oriente Próximo.

Carter, esperado para primeros de año en estas latitudes, parece dispuesto a mediar entre aliados y enemigos, e interesado en entrevistarse con los primeros responsables de los países árabes afectados por la crisis, el rey Hussein, y los presidentes de Siria y Egipto, Assad y Sadat, respectivamente.

Carter, por elevación, puede hacer que se supere el impasse nacido en Ismailía, proponiendo la vuelta de unos y otros a los ámbitos de la conferencia de paz de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, la URSS y Estados Unidos.

La sombra de Carter planea misionera por el Oriente Próximo, donde los espectadores occidentales empiezan a perder su capacidad de asombro ante el fugaz y ligero desarrollo de los acontecimientos políticos.

El martes, en Damasco, se guardaba silencio oficial ante el rumor de un encuentro Carter-Assad. Ayer, el rumor crecía como posibilidad tangible y sólo quedaba la duda de dónde y cuándo podría desarrollarse. Al parecer, Giscard d'Estaing, presidente de Francia, deseoso de mediar y medrar en el conflicto, envió a Assad una cortés invitación para visitar París durante la estancia de Carter en la capital francesa. Otro tanto parece haber hecho el Sha de Persia y el rey Jaled, de Arabia Saudita. A todas estas ofertas, Assad parece reacio, por el momento, y quizá dispuesto a mantener la postura de que si Carter quiere verlo «que venga a Damasco».

La entrevista del presidente americano con el líder sirio y cabeza política del «frente de rechazo» tiene un claro) objetivo: Carter desea apoyar a Sadat. De ahí, las reticencias del presidente sirio al encuentro, a pesar de que su vecino y casi aliado del «frente» (aunque cada vez menos), el rey Hussein; insiste en que se celebre la reunión, a la que el propio rey jordano no será ajeno; una reunión que podría tener una tercera vertiente si se confirman los rumores llegados a Damasco desde El Cairo y Jerusalen, acerca de un posible encuentro Carter-Sadat en la capital egipcia, el 3 de enero. La dureza de Begin en Ismailía sólo puede compensarla Sadat manteniendo vivo el espectáculo político que inició con su visita a Jerusalén.

Schmidt, en El Cairo

Para ello cuenta ahora con la presencia del canciller Schmidt en El Cairo, con sus ayudas en marcos incluidas, y con el posible viaje de Carter a las pirámides. También, y a la espera de nuevos hechos, Sadat, acompañado de Schmidt, ha adoptado una nueva posición, llamada «firme», frente a la intransigencia de Begin: en la conferencia de prensa conjunta con Schmidt, Sadat aprovechó la ocasión para decir un «no rasarán» a los deseos israelitas de permanecer militarmente en parte del Sinaí, Cisjordania, y en el sector islámico de Jerusalen. Sadat recoge velas algo tarde, para intentar recomponer su posición y aguantar el remojón.

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