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El "reggae", una música entre Etiopía y el «ghetto»

Hace ya muchos años una canción se hizo famosa a través de las voces de Desmond Deker & The Airdales: The Isreilites. Esta canción suponía la primera avanzadilla de una música perfectamente original y a la cual, hasta hace poco tiempo, no se le conocía un nombre propio. Sin embargo el reggae es como decía nuestro desaparecido como Alberto Azqueta en Ozono, "algo más que una moda"; es ni más ni menos que la música del ghetto que surge de una isla del Caribe: Jamaica.Pero para entender el reggae hay que hablar aunque sea de pasada de religiones, problemas sociopolíticos, marihuana y algunas cosas más.

Jamaica era dominio inglés hasta 1966, fecha de su independencia. En estos once años su importancia geopolítica (se encuentra a menos de cien millas marinas de Cuba) la ha convertido en centro, de todas las intrigas imaginables. La lucha por el poder entre el partido conservador, y el laborista (de carácter marxista) ha revestido carácteres dramáticos y la CIA no ha estado ausente en el proceso utilizando los más variados métodos para impedir un Gobierno laborista susceptible de formar junto a Castro un frente común en el Caribe.

Por otra parte, miles de jamaicanos prefirieron trasladarse a Inglaterra (al fin y al cabo son ciudadanos británicos) constituyendo uña populosísima colonia en Notting Hill Gate, a la cual llevaron los usos y costumbres de su tierra. Los jamaicanos tienen en Londres un comportamiento que enriada se parece a la sumisión del resto de coloured people de la urbe; son arrogantes, parecen orgullosos y seguros de sí mismos y estos hechos han provocado que sus carnavales (en los cuales el reggae es pieza central) desembocaran en batallas campales contra una policía que no sabía muy bien dónde se metía.

Pero aún faltan más piezas para completar el puzzle capaz de ofrecernos la verdadera dimensión de esta música. Una de ellas y no la menos importante consiste en la religión que practica un tanto por ciento muy importante de los músicos de reggae: el rastafarismo. Esta religión, que considera divino al, difunto Hail,e Selassie (antes de su coronación RasTafari Makonnen), fue inicia da ya por los años 20 por un tal Marcus Garvey. Los rastafarianos, además de creer en la inmortalidad del una vez emperador de Etiopía, hacen del consumo de marihuana una especie de liturgia. Este hecho, basado en una interpretación libre del Salmo 18, Vers. 9 ha creado numerosos problemas a los rastas.

Con todo lo anterior podemos ya comprender algo de esta música y de su temática. El reggae se basa en un ritmo simple tipo chaca-chu repetido hasta la saciedad. Las canciones suelen ser cortas cuando se recogen en disco, pero sus desarrollos en vivo pueden alargarse obsesivamente, puesto que se dirigen a audiencias capaces de bailar a su ritmo horas y horas. La marihuana (ganja para los jamaicanos) es uno de los temas que recurren en las canciones del reggae (¡LegalizadIa!, de Peter Tosh), pero también los problemas políticos y sociales (Equal Rights, del mismo Tosh, o muchas otras de Bob Marley que además grita contra Babilonia -nuestra civilización occidental- o pone música a discursos del Negus). La lista de intérpretes de reggae es interminable, puesto que en Jamaica existe una industria discográfica que graba a todo aquel músico aficionado que tenga una mínima personalidad. En ningún otro lugar, excepto tal vez Andalucía, se vive la música con mayor intensidad y los grupos so listas forman una lista interminable. Sin duda, los más importantes por conocidos son: Bob Marley, Jimmy Cliff, Toots and the Maytals, Peter Tosh, Mighty Diamonds, o Third World. Pero hay muchos más, como I koy, U Roy, Prince I, Bunny Livingstone,

El reggae combina las dos máximas aspiraciones de la música de nuestros días: hacer mover el cuerpo tanto como la mente. No existen muchas músicas que hoy en día conserven su frescura.

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