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Fragilidad de la democracia española

« ... Dos hechos significativos, a la hora de la autonomía restituída: la limitación del derecho de manifestarse, la prohibición en Barcelona del Congreso Internacional de los Derechos del Hombre. Todavía la impresión reconfirmada de la fragilidad de la democracia y de la libertad...En Cataluña hay un Gobierno de unión nacional (aquí se prefiere decir de concentración nacional), donde todas las fuerzas; políticas representativas se codean, con la excepción de Alianza Popular de Fraga Iribarne...

La izquierda, PSUC, PIOE, PSC, totaliza el 46 % de los sufragios. ¿Por qué no hay un Gobierno de izquierda? Plantear este problema es olvidar que la democracia en España está en pañales ir que todo el aparato del Estado, Ejército, Hacienda y Administración a todos los niveles está todavía en manos de hombres nombrados por Franco.

Pero en el estado actual de las cosas, «así como no era posible formar en Cataluña un Gobierno de izquierda, tampoco era posible constituir un Gobierno) de derecha», subraya A. Gutiérrez. Ni Suárez ni Tarradellas pedían ignorar, el veredicto de las urnas; la inmensa manifestación del «Día de Cataluña», el 11 de septiembre último, en el que la reivindicación autonomista y la democracia estaban estrechamente unidas, ha sido una tajante llamada al orden y al realismo para Madrid. y para el presidente de la Generalidad...

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El período de transición actual debería durar cerca de dos años. Telón de fondo de este reconocimiento, o más bien de este renacimiento de Cataluña: 1.300.000 parados, 30 % de inflación en 1977; el marasmo en el que se encuentran las medianas y pequeñas empresas a las que se les han suprimido los créditos; el sabotaje económico a que se dedican ciertos financieros y banqueros, como el del presidente del Banco Español de Crédito, que durante su visita a Estados Unidos pidió a los americanos que no invirtiesen en España; las elecciones municipales que se postergan indefinidamente mientras que los alcaldes del franquismo intentan bloquear el proceso democrático a nivel local; los ataques repetidos de los grandes empresarios contra el pacto de la Moncloa, firmado por el Gobierno y todos los partidos.

No hay nada sorprendente. La España centralista, autoritaria, de la coacción y de la mordaza no existe ya...

Se ha terminado esta forma de Estado, nos dice López Raimundo... Una gran sed de autonomía que es una reacción contra el franquismo.»

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